miércoles, 17 de junio de 2015

En busca del tiempo perdido (VII): El tiempo recobrado


Por fin he terminado. En 2014 me propuse leer En busca del tiempo perdido: porque no se puede entender la literatura del S.XX sin conocer a Proust, porque su fama de libro aburrido suponía un reto para mí, porque un conocido me habló de él con tanta pasión que creí que podía merecer la pena… Y, después de tantos meses, por fin he terminado. Tras la lectura de El tiempo recobrado, escribo este post que pretende resumir el último tomo y hacer una crítica de la obra entera. Así que, esta vez sí: aunque no hayáis leído La fugitiva, podéis seguir leyendo. Al final de la entrada os dire si os recomiendo el libro… o no.


Como los dos tomos anteriores, El tiempo recobrado es una publicación póstuma, y por eso no está dividida en capítulos. Si Proust hubiera tenido tiempo, la habría dividido en tres partes (me atrevo a aventurar): las últimas anécdotas del Barón, la fiesta de Guermantes tras un largo período de reposo y una especie de epílogo, en el que Proust nos explica cómo y por qué quiere escribir su obra.

Este último libro ayuda a comprender lo que Proust pretendía al escribir su obra, y de ahí su importancia dentro del conjunto. Un buen día Marcel decide redactar En busca del tiempo perdido, por las noches, encerrado en casa, convencido de que será una obra de arte. Y en El tiempo recobrado Proust nos cuenta su teoría de la vida y la literatura, que nos explica, y cómo el tiempo ocupa un espacio. Marcel nos dice que los acontecimientos (y sus momentos) se mezclan en el recuerdo y que hay obras, cuadros, músicas que consiguen transportarnos hasta lo más hondo de nosotros mismos para volver atrás y hacernos revivir hechos del pasado que de pronto relacionamos con el presente mostrándonos una conexión que aparentemente no existe. En sus libros busca contar esta "realidad", la verdadera, según él. Esta reflexión sobre el tiempo y su relación con el arte, y la redacción no lineal que pretende explicárnoslo, es lo que ha encumbrado a Marcel Proust como gran autor del siglo XX. Eso, y que en francés debía escribir muy bien, aunque esto, dado mis pocos conocimientos en el idioma, no lo he podido comprobar.
Cartel de la película (sensacine)

El problema de Proust, como ya dije en alguna ocasión, es el tema. Marcel convive con la alta sociedad y rodeado de gente superficial y con poco que contar, y explica sus pensamientos sobre el tiempo sirviéndose de ella. Si sus amigos y conocidos hubieran sido más interesantes, si su homosexualidad nunca aceptada no hubiera marcado la temática del libro, a mí me hubiera gustado más. Pero supongo que de eso él no tiene la culpa.

De los siete libros, el primero es el que más me gustó, junto al segundo, que habla de la primera juventud de Proust. El tercero y el cuarto, por tener como temática la alta sociedad parisina, son los que menos me han gustado. El quinto y el sexto recuperaron mi interés: Proust nos habla de amor (obsesivo) y de pérdida, y lo hace bien. Por último, el séptimo es metaliteratura: Marcel nos cuenta el por qué de su obra.

Esta obra es para eruditos o para frikis (grupo al que pertenezco). Si sois simples mortales, atreveos sólo con el primero: habla del tiempo, de las famosas magdalenas, y captaréis la idea principal de la obra. Además os contará la vida de Swann: tras los siete libros, estoy convencida de que Swann es el verdadero protagonista de la obra y en cierto modo su eje, el único conocido-amigo a quien Marcel admira, y un ejemplo para él en muchas facetas. Así que, si no veis claro lo de leer la obra entera, adentraos en el mundo de Swann: yo, volvería.

Por cierto: hay película. No sé muy bien qué se salta y qué no, pero si probáis y la veis, os invito a que nos contéis qué tal.

Ratita de laboratorio

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6 comentarios:

  1. Enhorabuena. Leer a Proust no es tarea fácil, pero estoy de acuerdo con que es de los imprescindibles del s. XX

    Un abrazo

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    1. Hola Ana,

      sí, a Proust hay que dedicarle tiempo y ganas. Yo me alegro mucho de haberlo leído, aunque podía haberse ahorrado unas cuantas páginas... :) El libro de Proust influyó a muchos otros autores, y por eso también es muy importante. Quizá aunque sólo sea por eso, merece la pena intentarlo con el primer tomo.

      Muchas gracias por pasarte por aquí!

      Un abrazo!

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  2. ¡Hola! Enhorabuena por haber acabado la obra completa. Creo que pocas personas pueden presumir de haber leído la obra completa de Marcel Proust.
    La lectura de “En busca del tiempo perdido” es uno de los apuntes más antiguos que tengo en mi lista de lecturas. Entonces creo que ni sabía que constaba de siete partes y que en total eran tres mil y pico páginas. Después de leer esta última reseña creo que es el momento de empezar con “En busca del tiempo perdido”.
    He seguido todas las reseñas de los siete libros y voy a seguir tu consejo, voy a leer “Por el camino de Swann” y si me gusta mucho igual el año que viene cae el segundo, pero hasta ahí me marco la meta. Lo acabo de coger en la biblioteca y he leído algunas páginas. Creo que no voy a acabarlo en el plazo marcado y tendré que pedirlo por segunda vez. La lectura de este libro no es sencilla, Cuando me lo lea os cuento.
    Un abrazo para las dos.

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    1. Hola Jorge!

      a Proust hay que enfrentarse con paciencia y sin prisa, y al leerlo no hay que esperar muchos acontecimientos, sino dejar envolvernos por las divagaciones de Proust, que a veces son muy largas. Una vez aceptamos que lo importante no es lo que pasa sino sus explicaciones de los hechos, la lectura va mejor.

      De todas formas, si ves que no, déjalo para otro momento. A veces no elegimos nosotros cuándo, sino que son los libros los que nos llaman en un momento determinado.

      Muchas gracias por seguirnos! Y un abrazo grande a ti también.

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  3. Hola!
    La verdad es que acabe de leer “Por el camino de Swann” hace meses y tenia presente que tenía que contaros lo que me había parecido, pero se ve que no llegaba nunca el momento. Además, tuve la mala fortuna que el libro se desencuaderno (se ve que hay más gente de la que pensamos que lee a Proust) y como era verano no lo repararon hasta Septiembre.
    Haciendo un análisis rápido y breve, he de decir que el libro me ha gustado. Es un libro complicado, que necesita paciencia y sobre todo, tienes dejarte llevar por el autor. Es posible que yo no haya apreciado toda la belleza que está contenida en “Por el camino de Swann”, ya que he leído criticas que hablan sobre la inmensa belleza que hay dentro de sus páginas, pero por lo menos lo he intentado y creo que en 2016 me animare con el segundo volumen.
    Para mi gusto tiene momentos muy brillantes; descripciones de paisajes, monumentos y personas, recuerdos de la infancia, nombres de pueblos que le inspiran diversas consideraciones. Hay pasajes memorables de la tía Leoncia y su inseparable sirvienta Francisca con sus envidias y manías. Las andanzas de los Verdurín y su “cogollito”, sus envidias y manías con la aristocracia también me han parecido muy originales. Sin embargo, hay otros momentos que yo no los he llegado a apreciar debidamente. Las descripciones tan minuciosas de las cosas, las obsesiones por algunos temas: la frase de Vinteuil, el camino de Guermantes o el de Meséglise que son repetidos y comentados innumerables veces. La desazón en el tema de Odette llega a ser agobiante. Este tipo de divagaciones tan largas y repetidas han hecho que “Por el camino de Swan” se me haya hecho un poco cuesta arriba en más de una ocasión.
    De todas formas para mi, creo que es un acierto leerse este tipo de libros poco a poco, se reflexiona mas, piensas y analizas lo que estás leyendo. Creo que si me leyese los siete libros seguidos acabaría “odiando” a Proust.
    A mí me ha recordado en algunas ocasiones al “Cuaderno Gris” de Josep Pla, unos de mis libros favoritos y al que acudo con frecuencia. No quiero decir que Proust y Pla se parezcan, pero puede que estas dos obras tengan algunas analogías. El cuaderno gris es un diario que Josep Pla escribió cuando tenía 20 años y es un reflejo de la sociedad catalana a principios del siglo XX, en un momento parecido al de Proust pero en status sociales completamente diferentes. El estilo de Play su forma de describir las cosas me encanta. Este diario abarca un año y pico y consta de casi 900 páginas. Es posible que leérselo de tirón sea un poco pesado. Yo la primera vez que lo leí lo fui leyendo poco a poco entre libros y así sigo haciéndolo de vez en cuando. De todas formas si queréis acercaros al autor para ver si os gusta su estilo os recomiendo “La calle estrecha”. Es mi libro preferido de Pla. Cuenta la vida de un pueblecito ficticio de Cataluña basándose en la idea Stendhaliana del espejo “una novela es un espejo que se pasea a lo largo de un camino”. Es un libro en el que no pasa nada pero a mí me encanta la forma que Pla cuenta la vida de las gentes de ese pueblo imaginario.
    Bueno creo que me he extendido demasiado. Pendón si he sido algo pesado.
    Un abrazo a las dos

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    1. Hola Jorge,

      muchísimas gracias por tu aportación! me alegro de que te animaras con proust y que terminaras el primer tomo. En este libro son muy comunes los saltos en el tiempo, muchas veces provocados por las sensaciones que nos hacen evocar el pasado, y algunas de las descripciones es cierto que pueden hacerse difíciles de leer.

      Yo tampoco sé si el estilo de Proust es tan bueno como dicen. Tendremos que aprender francés para comprobarlo :)

      Muchas gracias por tu recomendación sobre el cuaderno gris, de Pla. Hace muchísimo tiempo que lo empecé, pero me pilló en un mal momento, y creo que sólo leí algunas páginas. Sólo conozco del autor Madrid, el advenimiento de la República, y desde que lo descubrí tengo pendiente recuperarlo. Ahora seguro que lo haré, con su cuaderno gris, sobre el que escribiré el post correspondiente.

      Un abrazo y suerte con las muchachas en flor!

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