Cualquiera que me conozca sabe que la
cocina no termina de ser lo mío. Hago mis pinitos, pero a la hora de
relajarme prefiero leer un libro que meterme entre fogones. Para
comer sano, sin embargo, además de buenos ingredientes hay que pasar
por la cocina de uno, y eso hace que de vez en cuando abra el 1080,
que lleva años conmigo, para buscar recetas. Cuando la posibilidad
del tupper o del bar de toda la vida es inexistente, no hay más
remedio que ponerse el delantal.
Un blog de ratas de biblioteca para ratas de biblioteca, con críticas literarias que nunca te desvelarán el final de los libros.
jueves, 14 de abril de 2016
sábado, 2 de abril de 2016
Moby Dick, de Herman Melville
Sabía que Moby Dick era un libro
lento, por lo que al comenzar su lectura decidí zambullirme en la
narrativa de Melville para disfrutar no sólo del qué sino del cómo
lo contaba. Si partís con la idea clara de que Moby Dick es la meta
y que lo importante no es sólo llegar sino aprender en el camino, el
viaje en el ballenero Pequod se os hará inolvidable.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)