domingo, 31 de mayo de 2015

Sumisión, de Michel Houellebecq

He de reconocer que Houellebecq es mi debilidad. Hace un tiempo leí su ultimo libro y, aunque no me encantó, me gustó lo suficiente como para intentarlo de nuevo con su nueva publicación. Además, hablaba de una posible futura Francia con un gobierno islamista, tema interesante tras los sucesos de Charlie Hebdo y para mí, que vivo en una ciudad con un alto porcentaje de población musulmana. Como demasiado habitualmente, la publicidad exageró y el libro no provoca tanto como esperaba, pero Houellebecq tiene siempre un punto de vista tan particular que, al menos, me hizo pensar.

martes, 26 de mayo de 2015

En la orilla, de Rafael Chirbes

Ahora que ya han pasado la promoción y los premios, ahora que empieza a abandonar poco a poco las estanterías de novedades, apuesto por que En la orilla seguirá muy vivo dentro de muchos tiempo. Será, quizás, considerado como el título que mejor reflejó los primeros años de la crisis, esos en los que vimos cómo todo se derrumbaba.

sábado, 16 de mayo de 2015

Cicatriz, de Sara Mesa

Amor, incomunicación, silencios... la solapa de Cicatriz prometía todos estos temas y su título, y su cubierta, invitaban a leerlo. Pero el libro no se queda sólo en eso. La relación que Sara Mesa crea entre sus dos protagonistas, retorcida, claustrofóbica, indaga aún más adentro. En realidad, Cicatriz es un viaje doloroso al centro de nosotros mismos. A nuestros rincones más oscuros.

sábado, 2 de mayo de 2015

Mr. Witt en el cantón, de Ramón J. Sender


Un amigo me mandó un libro que le había pedido y, de paso, me envió también Mr. Witt en el cantón, para que lo leyera y le hiciera un hueco en el blog. Se coló en mi lista de pendientes por su insistencia y, también, por mi curiosidad, ya que no sabía muy bien por qué le gustaba tanto este libro. Tras leer la primera página lo entendí todo: la trama se desarrolla en su amada ciudad natal, Cartagena. Pero lo mejor del libro es que, si en vez de la historia del cantón el autor hubiera hablado de otra rebelión, seguiría siendo igual de bueno. Y seguro que a mi amigo también le habría gustado.