martes, 22 de marzo de 2016

Instrumental, de James Rhodes

Tiene sólo 41 años pero da la sensación de que el pianista James Rhodes ha vivido mil vidas. Y estuvo a punto de no poder contarlas: su ex esposa le llevó a los tribunales para evitar la publicación de Instrumental, una autobiografía en la que no se calla nada, ni los terribles abusos sexuales que sufrió de niño ni la batalla casi diaria consigo mismo para librarse de la depresión. El contraste entre lo que pasó y lo que es hoy convierten el libro en algo casi mágico: la prueba de que por hondo que caigas es posible volver a sentirse feliz. Él habla del poder de la música y también del amor: por su hijo, por su mujer. También habla del poder de las palabras: por eso escribió una obra que nació con una polémica que no se entiende una vez lo terminas. Hay crudeza porque hay sinceridad.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Por qué leer la Biblia (aunque no seas creyente)

Siendo una niña decidí que algún día leería la Biblia, para conocer las aventuras de Moisés que contaba el libro del Éxodo después de haber atravesado el Mar Rojo. Con el tiempo fue la curiosidad por el libro en general lo que me llevó a leerla: saber qué cuenta para que sea libro de cabecera de tantas personas, entender por qué siendo tan larga siempre se leen los mismos fragmentos en las celebraciones religiosas o por qué es el libro favorito de Madonna... Tenía ganas de acudir a la fuente de todo aquello que aprendí de niña para saber si, sin clase de religión de por medio,la Biblia en sí puede decirnos algo.

Advierto, antes de que sigáis leyendo, de que el post es largo.