lunes, 9 de noviembre de 2015

Archipiélago Gulag, de Alexandr Solzhenitsyn


Hace ya tiempo que vivo en Alemania, país al que me une un vínculo especial. Alemania se avergüenza de su pasado, pero no es la única nación con campos de concentración en su Historia, aunque se hable más de unos que de otros. ¿No son todas las víctimas iguales? Y los totalitarismos, ¿no son también todos malos, sin importar a qué lado de la política se sitúen? Por eso, porque no sólo en Alemania se mató a sus ciudadanos por su raza, opinión política o capricho del destino, decidí leer a Solzhenitsyn, y así agradecerle de una humilde manera que se jugara la vida escribiendo esta obra monumental por la que fue deportado de la URSS. La leí hace mucho (también tardé mucho), pero hay libros que siempre merecieron un hueco en el blog.