La prisionera es
la primera de las tres últimas partes de En busca del tiempo
perdido que se publicó póstumamente (1925). El hermano de
Proust, Robert, reordenó sus notas y fragmentos y publicó la
versión de los libros que, probablemente, el autor hubiera revisado
una y mil veces como era habitual. Pero no tuvo tiempo. Aunque en
algún fragmento se nota alguna repetición, la calidad del texto es
como la de los tomos anteriores.
Sodoma y Gomorra
se terminó con el anuncio de Marcel a su madre de su deseo de
casarse con Albertine. Juntos se marchan a París y Albertine se
instala en su casa. Allí, Marcel la vigila y la esconde de sus
amigos, y sólo permite que salga con su amiga Andrée y su cochero,
a los que a la vuelta de sus paseos interroga sobre lo que han hecho.
Esta actitud le (y nos) recuerda al Swann de la primera parte, por lo
que en La prisionera sentimos junto al autor la sorpresa de
ver las acciones de otros repetidas en nosotros mismos. Dejando
aparte que los celos de Marcel son enfermizos, las descripciones de
sus sentimientos son, como siempre, exhaustivas, permitiéndonos
imaginar perfectamente lo que siente. Es tan parcial en este tomo al
contarnos sólo su versión, que terminamos adivinando mentiras en
Albertine antes de que el propio autor nos las cuente, no sé si
porque vemos lo que a él le cuesta tanto ver o porque, nosotros
mismos en la situación de Albertine, también mentiríamos.
Aparte del cautiverio de
Albertine, en el libro Proust nos habla de una velada en casa de los
Verdurin, donde se ejecuta una obra de Vinteuil. La descripción de
lo que el autor siente al escuchar la música es la opinión del
autor sobre lo que es el arte. Aunque Vinteuil y sus temas son ya
viejos conocidos en la obra, este texto me ha gustado mucho, y ha
superado a la descripción (de nuevo de Swann) de lo que éste sentía
al escuchar la famosa sonata.
En fin, que si habéis
llegado hasta el cuarto, lanzaos sin temor a la lectura del quinto.
Yo prometo seguir leyendo, porque de nuevo Proust nos deja intrigados
al final y con ganas de más.
Ratita de laboratorio
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Guau. Yo invertí muchos meses en hacerme la ruta completa volumen a volumen de Proust
ResponderEliminarMe gusta muchísimo
Besos
Hola, Mientras Leo!
EliminarYo ya llevo algún tiempo leyéndolo, y aún me quedan dos tomos. La verdad es que, considerado en conjunto, es un libro demasiado largo, pero tiene algunos textos tan sorprendentes y tan bien escritos, como el del arte de Vinteul en La Prisionera, que justifican la importancia de la obra.
Este último libro me ha sorprendido gratamente, y por eso espero expectante la lectura de La fugitiva. Ya os contaré.
Un abrazo y gracias por la visita!