El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez

2015 va a ser el año de los libros pendientes y arranco con uno que creía haber leído, pero no: El amor en los tiempos del cólera. De García Márquez he leído muchos, pero me di cuenta cuando murió de que me faltaba el que muchos consideran su mejor libro, con permiso de Cien años de soledad. Así que me puse a ello, con muchos, muchos años de retraso. He echado de menos más magia, aunque el paisaje y el ambiente es casi tan de cuento como Macondo. Y me costó entrar al principio: me pareció más caótico que Cien años de soledad. Pero acabo de terminar y la sensación que deja es casi tan buena como la de su principal obra: hay frases y momentos geniales y las páginas finales son perfectas. Dan ganas de volver a empezar...


El amor en los tiempos del cólera comienza con la muerte de Jeremiah de Saint Amour, un amigo íntimo del doctor Juvenal Urbino, que acude a reconocer el cadáver. Su forma de morir y los papeles que deja conmueven a Juvenal, que descubre que no conocía muchos de los secretos de su compañero de ajedrez. Entre ellos está la relación de amor que Jeremiah tenía con una mujer de la zona más pobre de la ciudad, larga e intensa pero tan distinta de la que el médico tiene con su mujer. Es el primer amor que presenta García Márquez en una novela que es, en realidad, una especie de recopilación de formas de amar: la del matrimonio que se conoce a fondo; la de los amantes que son también amigos íntimos; las historias apasionadas pero infieles; los amores platónicos que no se extinguen nunca...

Gabriel García Márquez | Wikipedia

Con saltos en el tiempo y cambios de perspectiva en la narración, García Márquez va contando la historia del doctor Urbino y su esposa, Fermina Daza; la juventud de ambos, sus últimos años de matrimonio y también los primeros, y lo que esperaba cada uno cuando ambos decidieron casarse. Entre medias, narra también la vida de Florentino Ariza, el primer amor de Fermina. El libro avanza acercándose y alejándose de cada protagonista y presentando, entre tanto, a muchísimos personajes secundarios llenos de vida, como el padre y la tía de Fermina, la madre de Ariza, las maravillosas amantes de Florentino... Como en todos los libros de García Márquez, las páginas están salpicadas de paisajes de aire irreal, como esa ciudad caribeña caótica que sirve de marco y que es azotada cada pocos años por epidemias de cólera. Y también de personajes con comportamientos sorprendentes, en los que hasta la muerte tiene algo de magia. No hay nada que aburra ni acontecimiento que no tenga algo que brille: todo con García Márquez, incluidas las rutinas, tiene algo distinto y no hay ningún personaje que deje indiferente, por su belleza, su maldad o sus rarezas.

En El amor en los tiempos del cólera hay loros que hablan casi todos los idiomas, ancianas que desafían a la muerte disfrazándose todos los días y rosales indomables que crecen con furia en los cementerios. Esas pequeñas historias son las que iluminan el libro, pero lo mejor está en ese compendio de todos los amores posibles, que marcan la vida de cada personaje. Y son amores apasionados siempre: desde las primeras miradas, como la que cruzó por primera vez Florentino con Fermina, hasta los que dan sentido a la vida cuando se está llegando al final.

Es un libro lleno de vida y lleno de historias. Cada personaje, aunque aparezca sólo en unas pocas páginas, deja con ganas de más. Y contagia el entusiasmo y las ganas de dejarse llevar por los momentos mágicos que también tiene lo cotidiano. Es García Márquez en estado puro. Y quizás la mejor obra para leerle por primera vez.

Ratita presumida

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