Este libro fue un éxito de
ventas en Alemania. El argumento me pareció gracioso y, como no
sabía qué leer en alemán, me lo compré, y la verdad es que no me
ha gustado mucho. La idea de qué pensaría Hitler sobre el mundo de
hoy si, un buen día, „levantara la cabeza“, puede volverse un
poco espinosa si se lleva hasta las últimas consecuencias... y la
solución del autor fue, sencillamente, quedarse a medias.
Timur Vermes publicó
este libro en Alemania en el año 2012, y se convirtió en un
Best-seller. Se ha editado en quince idiomas más, y se quiere
estrenar su película en 2015. En general no recibió muy buenas
críticas, ya que el estilo no tiene nada de especial. Además, esto
de Hitler en Alemania es un tema un tanto complejo, y hay quien le
reprochó hacer una parodia del dictador y no un análisis más
profundo de la sociedad alemana (que fue quien le eligió). Algunos
dicen que la crítica del nazismo se centra demasiado en Hitler,
quien termina siendo el único culpable de lo que pasó en el país,
cuando todo ello sólo fue posible en una sociedad que, aunque no
colaborara en muchas cosas, tampoco hizo demasiado en contra de
ellas.
En el año 2011 Hitler se
despierta con dolor de cabeza y con el uniforme apestando a gasolina.
Cuando mira a su alrededor, descubre un Berlín distinto, que parece
en paz, por lo que sospecha que, mientras dormía, la presión de los
aliados ha disminuido. Poco a poco se da cuenta de que ha pasado más
tiempo del que creía al principio desde sus últimos recuerdos
(junto a Eva Braun y con una pistola en la mano), hasta que en un
quiosco lee en la portada de un periódico que ha despertado en el
año 2011.
Tantos años han pasado
que todo el mundo le toma por un imitador. Eso sí, un imitador muy
bueno, y que nunca abandona su papel: afirma que, „en realidad“,
se llama Adolf Hitler, y responde a todas las preguntas „como si
fuera“ él. Es tan bueno en sus imitaciones que la televisión
decide contratarle como monologuista, y termina triunfando en
Youtube. La gente se ríe mucho con él en lo que cree que es una
sátira, cuando Hitler lo único que hace es defender sus ideas de
siempre, con su carisma (y aquí es donde el libro pone el punto) de
siempre.
Fuente: ABC |
Hitler se hizo popular en
los años treinta gracias a la demagogia. Puso nombre y culpable a
los problemas de la sociedad alemana, y su discurso triunfó entre
personas que necesitaban creer en sus promesas de una Alemania fuerte
y próspera. Su valentía al hablar y su carisma son los que, también
en el año 2011, le hace tener defensores a pesar de que sus palabras
son totalmente ofensivas: a pesar de que afirma en todas sus
entrevistas que él, por supuesto, es nazi.
El libro está escrito en
primera persona, y se intercalan los pensamientos de Hitler sobre
diversos temas con la redacción de lo que le pasa. Hitler nos da su
opinión sobre Internet y sus posibilidades como plataforma para
hacer propaganda, y sobre la televisión, a la que califica de basura. También comparte su punto de vista sobre el mundo de hoy con un
Berlín lleno de inmigrantes y niños turcos en la escuela que „no
saben hablar alemán, porque no lo necesitan“. Hitler cree que ha
vuelto a nacer para volver a salvar su país, cuya sociedad vive
amenazada y con miedo (muy pocos se atreven a hacer críticas
abiertas en la televisión) y volver a liderar una corriente de
cambio que ponga a su país donde se merece (por supuesto, fuera de
la Unión Europea).
El problema del libro es
que, al estar redactado desde el punto de vista de Hitler, no termina
de implicarse en una crítica más profunda de la sociedad alemana (o
general, porque esto podría pasar en cualquier país). Según el
autor Hitler, con su demagogia, podría volver a triunfar en la
sociedad actual. A pesar del tiempo que ha pasado, un personaje así
podría volver a hacerse con el poder en cualquier momento, porque
siguen existiendo problemas que necesitan una solución y porque
falta gente que llame a las cosas por su nombre. Al mencionar ciertos
aspectos de la sociedad alemana como la inmigración, el autor
critica veladamente a los políticos, y a la integración famosa que
nunca se termina de hacer bien en un país con uno de los índices
más altos de extranjeros de Europa. Pero vamos, que es lo que yo
creo, porque si los lectores deciden quedarse sólo con el punto
cómico del libro, lo pueden hacer perfectamente, ya que el autor se
implica lo mínimo posible en hacer una crítica real sobre la
sociedad alemana, a la que acusa (pero sólo indirectamente) de ser
caldo de cultivo para un personaje así.
Lo que me ha gustado más
del libro es que he aprendido mucho sobre ciertos aspectos del
nazismo que no conocía. Hitler menciona a muchos de sus
colaboradores, unos como fieles y otros como traidores, y así he
aprendido sobre Bormann, Himmel y Röhm, y sobre la opinión del nazismo sobre muchos temas con sus supuestos argumentos (extraídos, junto a su estilo, supuestamente del "Mein Kampf"). Otro punto muy positivo es
la visita que realiza Hitler a la sede del actual partido nazi
alemán, al que critica despiadadamente por no hacer justicia a su
predecesor. Ese capítulo me ha encantado.
En fin, que el autor
podía haberse mojado un poco más y haber hecho una crítica más
clara. Pero bueno, si se quiere vender miles de ejemplares, no se
pueden escribir libros demasiado incómodos.
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