domingo, 31 de mayo de 2015

Sumisión, de Michel Houellebecq

He de reconocer que Houellebecq es mi debilidad. Hace un tiempo leí su ultimo libro y, aunque no me encantó, me gustó lo suficiente como para intentarlo de nuevo con su nueva publicación. Además, hablaba de una posible futura Francia con un gobierno islamista, tema interesante tras los sucesos de Charlie Hebdo y para mí, que vivo en una ciudad con un alto porcentaje de población musulmana. Como demasiado habitualmente, la publicidad exageró y el libro no provoca tanto como esperaba, pero Houellebecq tiene siempre un punto de vista tan particular que, al menos, me hizo pensar.


Houellebecq fue una vez a juicio por criticar la religion musulmana con estas palabras: «la religión más idiota del mundo es el Islam» y «cuando lees el Corán se te cae el alma a los pies». Salió absuelto, pero este tipo de declaraciones le ha hecho ganarse enemigos entre los radicales musulmanes, por lo que Houellebecq vive amenazado y con escolta.

En esta novela, publicada en 2015 el mismo día de los asesinatos en la revista Charlie Hebdo, Houellebecq nos invita a imaginar qué pasaría si, en la segunda vuelta de las Elecciones Generales en Francia en 2022, se enfrentara el partido de Marie Le Pen y “Fraternidad musulmana”, un partido imaginario formado por islamistas moderados que aspiran a acabar con el laicismo del Estado. A pesar de cómo lo han vendido los medios, Houellebecq no presenta a este partido como una amenaza para la libertad, sino como una opción nueva que podría surgir y que la gente votaría para evitar que un partido de derechas radical como el de Le Pen llegara al poder.

El protagonista, profesor universitario cuarentón, no cree en la familia: no quiere crear la suya ni mantiene relación con sus padres. Es ateo y solitario, y dedicó su tesis doctoral a Huysmans, filósofo y escritor defensor del colectivismo, que al final de sus días se convirtió al catolicismo. Él no se interesa por la política, pero conoce a varias personas que le explican que Francia está al borde de una guerra civil.

Houellebecq en esta obra propone una posible evolución de la sociedad en Francia. Desencantada y cada vez más individualista, las religiones monoteístas podrían encarnar para esta sociedad a punto de extinguirse ese giro hacia la colaboración, el fomento de la familia, la recuperación de valores que la democracia no ha sabido conservar. ¿Es esto factible? ¿Es posible que la alternativa para este mundo decadente y sin rumbo sea la vuelta a la religión? ¿Podría consolarnos la fe del vacío que sentimos?

A pesar de que uno se pueda acercar al libro para buscar un futurible que critique la mezcla de la religión con la política para ensalzar la libertad en la que vivimos, Sumisión es bastante objetiva, y yo creo que Houellebecq hace otra cosa. Él nos alerta, libro tras libro, de que la Humanidad, el sistema, la sociedad en que vivimos, está condenada a la desaparición porque el egoísmo, el narcisismo y el individualismo ganan la partida frente a la solidaridad y la ayuda mutua. Y porque el consumismo, la sexualidad y otros sustitutivos no solucionan nuestras crisis existenciales. Por eso surgen nuevos partidos que canalizan el descontento de las personas, que pueden ser religiosos o no, pero que proponen, desde luego, dar un giro a nuestro mundo y cambiar un sistema político y económico obsoleto y que funciona mal. Y por eso pueden las religiones, en un futuro, recuperar su importancia en la sociedad: porque la gente vive insatisfecha.

Aunque no ha sido lo que esperaba, Sumisión plantea cuestiones interesantes y hace pensar. Pero no lo leáis buscando provocaciones, porque no hay tantas como uno espera. Yo también creo que esto es insostenible, y que va a cambiar, pero no sé si en la dirección que Sumisión propone. ¿Cuál es vuestra alternativa?

Ratita de laboratorio 

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