domingo, 5 de octubre de 2014

En busca del tiempo perdido (III): El mundo de Guermantes

Tras un breve descanso, leí el tercer volumen de En busca del tiempo perdido, con el que me adentré en El mundo de Guermantes. En este tomo Proust vuelve a enamorarse, esta vez de la Duquesa de Guermantes, a través de la que conocemos la vida social de la época: las visitas, las cenas, las fiestas y las recepciones que hacía la aristocracia de finales del siglo XIX. Es un poco distinto a los otros dos libros: Proust se nos hace adulto y dedica páginas y páginas a contar los detalles de varias cenas a las que asiste. Creo que después de este tercer libro puedo juzgar mejor esta obra literaria, que seguiré leyendo: próximamente, Sodoma y Gomorra. Seguid leyendo, si leisteis A la sombra de las muchachas en flor

El segundo tomo de El mundo de Guermantes se publicó en el año 1922, el mismo de la muerte de Proust. Tiene como tema principal las relaciones sociales de la aristocracia, que el autor critica por su banalidad y que le decepcionan totalmente. Proust vive a través de sus amores y, tras Gilberta y Albertina, en este tomo se enamora de la Duquesa de Guermantes, que vive en la misma casa a la que se muda la familia por el empeoramiento de la salud de la abuela. Proust desea conocer personalmente a la Duquesa, e ir con ella a las fiestas, y es por ello que recupera su amistad con Saint-Loup (familiar suyo) al que por fin va a visitar al cuartel. En este libro las circunstancias hacen madurar por fin al niño Marcel, y con él he entendido que Proust se ganara muchas enemistades con su publicación, ya que, aunque usaba nombres falsos, critica sin piedad con sus profundos análisis psicológicos a muchísima gente de la aristocracia y alta burguesía de su época.

En este volumen cobra importancia el caso Dreyfus (que yo no conocía), por el que un capitán de origen judío fue a la cárcel injustamente. La sociedad francesa se dividió en dreyfusistas y antidreyfusistas, que mostraron sus sentimientos antisemitas, al igual que se dividen los conocidos de Proust (él era dreyfusista). Zola escribió sobre este tema el artículo „J'accuse“, en el que revela el escándalo (algunos conocían la inocencia del condenado) y a raíz del cual se suceden varias crisis en Francia. Según el libro, en cualquier cena surgía el tema, y mostrar simpatía (o lo contrario) por alguien dreyfusista, aunque fuera hablando de otra cosa, encasillaba a la persona en uno u otro bando.

Con este tercer libro de la serie me ha pesado no saber francés. Proust da mucha importancia al lenguaje, que caracteriza a cada uno de los personajes, y en las cenas de sociedad son abundantes los juegos de palabras, que he entendido más o menos gracias a algunas notas (en mi edición) más que escasas. Eso me ha hecho plantearme cambiar con Sodoma y Gomorra de traducción.

Sólo me queda añadir que me ha encantado la última escena.

Ratita de laboratorio

¡Estamos en Twitter! Síguenos aquí: @ratasbiblioteca 





No hay comentarios:

Publicar un comentario