viernes, 19 de enero de 2024

Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom


Martes con mi viejo profesor fue un regalo inesperado de un amigo que estaba de visita. Me dijo que a él le gustó mucho leerlo en su momento, y lo encontró en la librería del centro. 

Basado en una historia real, Albom publicó Martes con mi viejo profesor en 1997. Como en el libro, vio un día a su profesor hablar en la televisión sobre la enfermedad que sufre, la ELA, y decide recuperar el contacto con él y escribir sobre sus conversaciones.

Albom no está bien: trabaja mucho, y vive de forma superficial. Martes tras martes, habla con su profesor de temas trascendentales, y se acerca a la parte más dura de la enfermedad. Su profesor acepta su destino, y charla de forma serena de todo lo que ha aprendido a lo largo de su vida.

Martes con mi viejo profesor está lleno de frases que se quedan en la memoria, sobre todo aquello que sabemos en la teoría pero olvidamos poner en práctica, como la importancia de las relaciones personales o lo banal que resulta preocuparse sólo de lo material. A mí a veces me ha parecido un poco obvio, y con algunos temas algo conservador, pero es que Mitch, periodista deportivo, de verdad vivía en otro mundo ajeno a la realidad antes de reencontrarse con su profesor.

Me ha parecido un libro bonito y no creo que nunca lo olvide, a pesar de que tenga algunos tópicos. Recomendable para aquellos que necesitan recordar qué es de verdad importante.

Ratita de laboratorio

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