Ya estoy en la recta
final de mi propósito del 2014: he terminado de leer el sexto tomo
de En busca del tiempo perdido, La fugitiva (o, en otras versiones,
Albertina desaparecida). La verdad es que me ha gustado bastante: en
su línea, casi no pasa nada en las trescientas páginas de libro,
pero los sentimientos que describe son universales, por lo que
podemos entender a nuestro amigo Marcel. Por favor, seguid leyendo
sólo si ya leísteis La prisionera.
La fugitiva se publicó
en 1927, dos años después que La prisionera, siendo también
póstumo. El autor no marcó la separación entre este tomo y el
último, El tiempo recobrado, por lo que en función de la edición
se termina el libro en un punto u otro. Como en La prisionera, se
nota en algunos párrafos con ciertas repeticiones que el autor
necesitaba darle aún un par de vueltas antes de haberlo publicado.
También hay palabras que, por ser ilegibles en el manuscrito
original, no pegan mucho en el contexto en el que se encuentran, o
notas a pie de página que no sabemos si el autor hubiera incluido en
su versión final, o no.
La prisionera termina con
la noticia de que Albertina ha dejado a Marcel, y es justo después
donde empieza La fugitiva. Marcel tiene que hacerse a la idea de que
Albertina no va a volver, y piensa en varias estrategias para hacerle
regresar. Convencido de que el olvido terminará con su dolor,
compara su situación actual con el amor que sintió por Gilberta,
pero ahora no ha sido él el que ha tomado la decisión definitiva de
terminar con la relación.
Proust escribe páginas y
páginas describiendo su dolor, y su lento apaciguamiento. Y poco más
pasa en el libro. A pesar de esto, a mí me ha gustado porque el amor
y el desamor son temas para mí más universales que las fiestas de
la alta sociedad, y las descripciones de sus sentimientos, con su
extrema sinceridad, son más fáciles de imaginar que la falta de
preocupación por no tener un trabajo. De todas formas, si habéis
llegado tan lejos y queréis leer La fugitiva, hacedlo sabiendo que,
hasta la mitad del libro, prácticamente no pasa nada.
Pronto volveré a escribir con, por fin, la última entrega.
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