sábado, 30 de agosto de 2014

Hamlet, de W. Shakespeare

Hamlet llegó a mis manos por casualidad y lo leí porque se supone que es una de las obras literarias más importantes en inglés. Con un estilo complejo, debido a la época y a la multitud de figuras que Shakespeare utiliza (y que se intentan traducir), tengo la sensación de no haber comprendido del todo la obra, pues seguro que, a pesar de las notas, muchos matices se me han escapado y hay figuras que no descubrí. Pero bueno, leí el monólogo de „Ser o no ser, ésa es la cuestión (...) Morir, dormir... „ que hizo a Hamlet tan famoso y que, la verdad, no tiene desperdicio.
Se cree que Shakespeare escribió Hamlet en el año 1601, pero la fecha exacta es desconocida. Es una de sus obras más famosas y representadas. Una de sus innovaciones en el teatro de la época es la incorporación al reparto de un fantasma... el padre de Hamlet, que le cuenta que no falleció por accidente sino asesinado, y que le insta a vengarse de su hermano que, además de con su corona de Rey de Dinamarca, se ha quedado con su mujer.

Hamlet es un personaje bastante complicado: es depresivo, inseguro, y quiere hacer justicia por su padre, pero le cuesta decidirse. Es un hombre sensible que no entiende cómo su madre ha podido volver a casarse tan pronto tras la muerte de su padre, y cuando éste le confirma que fue asesinado, se siente en la obligación de acabar con su tío. Hamlet es uno de esos personajes masculinos sensibles que hay en tantas novelas donde las dudas y la reflexión ocupan un lugar importante de la trama. Personajes que con sus pensamientos sobre la justicia y la moral se sienten solos en un mundo donde falta tanto de eso.

En su monólogo más conocido reflexiona sobre el suicidio, y la valentía (o no) de aceptar el destino o luchar contra él. Yo nunca lo había leído entero así, con atención, y la verdad es que me ha gustado mucho. Para mí refleja esa tentación de dejarse llevar y aceptar el propio destino, sin luchar por cambiarlo, porque conlleva también un gran sufrimiento que no es fácil de soportar. Hamlet se plantea suicidarse porque tiene miedo a actuar, y es ese temor lo que hace a Hamlet tan humano. En una de las escenas se ve claro que Hamlet no está seguro de lo que quiere hacer, y esas dudas reflejan una profundidad del personaje que le ha hecho pasar a la posteridad y hacer posible que le creamos un contemporáneo nuestro, a pesar de los años. 

Hay multitud de estudios sobre Hamlet y lo que simboliza, algunos dicen que era homosexual, y otros, realizados al amparo de Freud y su psicoanálisis, dicen que tenía complejo de Edipo. Yo no llego tan lejos en mis deducciones, pero a mí me ha caído bien. Eso sí: un libreto dramático no se lee sino que se ve, así que no lo leáis e id al teatro.

Ratita de laboratorio


2 comentarios:

  1. Mi admiración absoluta a alguien capaz de leer el Hamlet de Shakespeare en pleno mes de agosto con la que está cayendo... :P
    Este autor es uno de mis eternos pendientes (sólo leí "Romeo y Julieta", que creo que es bastante más asequible que este), pero últimamente, lo reconozco, ando la mar de perezosa para enredarme con los clásicos.
    Besos.

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    1. Hola Mara!

      será que lo he leído en Alemania... donde el concepto de "verano" es muy distinto ;)

      Besos, gracias por tus comentarios :)

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