jueves, 17 de julio de 2014

Bajo la misma estrella, de John Green

Debo de ser un bicho raro, porque no me he quedado "con ganas de más", como prometen en la portada, al acabar Bajo la misma estrella, de John Green. El libro lleva unos meses estando entre los más vendidos y han estrenado hace poco la película, pero sé que no iré a verla. Supongo que la razón es que no me gustan los libros tristes si el argumento no está muy, muy justificado... Bajo la misma estrella me pareció un libro durísimo, aunque a veces incluya mensajes que intentan ser optimistas. Y a cambio no me dio algo por lo que me valiera la pena leer una historia tan cruda.

Bajo la misma estrella es una historia de amor entre dos adolescentes que se conocen en una terapia para jóvenes con cáncer. Green intenta hablar de sus personajes de la forma más realista posible, y por eso no se limita a decir genéricamente que padecen esa enfermedad o a contar por encima sus crisis o sus visitas al hospital. Desde el principio, describe el día a día de la chica protagonista, Hazel, con una descripción minuciosa de su cáncer desde que se le detectó, las secuelas que tiene hoy en día y las que tendrá para siempre, sus posibilidades de supervivencia y también el hecho de que ella es consciente de la gravedad de su estado. Ahí está, quizás, lo más novedoso del libro: Hazel es una adolescente como todas, con sus arranques de mal humor y sus inseguridades, pero al mismo tiempo distinta a todas las chicas de su edad: es consciente, todo el tiempo, de la posibilidad de la muerte; reflexiona sobre cómo será el mundo sin ella, y ha tenido que aprender a vivir con dolor físico todos los días. Green trata de enseñarnos todo sobre ella: sus reflexiones al acostarse, el miedo, la crudeza cuando habla de su enfermedad, cómo se siente al hablar con otros compañeros sanos... Al mismo tiempo, nos recuerda que Hazel es, sobre todo, una chica de 17 años y dedica la mayor parte del libro a hablarnos de su relación con Augustus, también enfermo, del que se enamora perdidamente y con el que vive una historia llena de momentos felices.


El tráiler de Bajo la misma estrella

Green escribe una historia bonita en la que intercala el mensaje de que se puede tener una vida maravillosa aunque, en apariencia, se tenga todo en contra. Y para hacerlo trata de ponerse en la piel de sus protagonistas, tan jóvenes y a la vez tan maduros, haciéndonos ver cómo relativizan lo que les pasa. El problema es que no lo consigue del todo: la historia sigue siendo terrible, tan terrible que hay que ser muy hábil como para que te salga bien el intento de darle aspecto de normalidad. Se nota que el objetivo de Green es que nos conmovamos con el amor que sienten sus personajes, conscientes de su enfermedad pero capaces de disfrutar a fondo de su historia. Si de verdad hubiera puesto el amor entre ellos dos por encima de sus circunstancias, quizás sí le hubiera salido redondo el libro. Pero parece que, en el fondo, el autor quiere que no nos olvidemos de lo que le pasa a Augustus y Hazel, y la mención constante de términos médicos, ingresos en el hospital y despedidas se impone sobre el resto. El resultado es que Bajo la misma estrella pretende no hacer llorar, o eso aparenta, pero hace llorar todo el tiempo. Y aunque tenga alguna página brillante, no deja de ser un drama romántico al que no termina de sacar partido.

Ratita presumida

2 comentarios:

  1. Yo lo leí hace unas semanas y sí que lo disfruté muchísimo, quizá porque me aproximé a ella con ciertos prejuicios. En mi caso sí que logró conmoverme pero no tuve ésa horrible sensación de que te están "forzando" a llorar (como me pasó, por ejemplo, con "El niño del pijama de rayas", por nombrar uno). Me gustó mucho la prosa del autor, el juego metaliterario y la construcción de los personajes. :)
    Besos.

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    1. ¡Hola, Mara! A mí también me gustó la historia de la novela y, sobre todo, el personaje del escritor, mi preferido sin duda. De hecho, me quedé con muchísimas ganas de saber más de él. Más o menos como le pasa a Hazel con el final de su libro preferido... En cuanto al libro, creo que me pasó al revés que a ti. Yo iba sin prejuicios, de hecho llegó a mis manos sin saber de dónde salía ni que era un libro vendidísimo, y me lo esperaba distinto. Mi problema también es que no disfruto mucho con el humor negro, y no conseguía reírme, ni sonreír, pese a que el autor intenta que veamos un poco como ellos la dureza de lo que les pasa. Conmigo no lo logró, y por eso no lo disfruté. Pero estoy segura de que con muchos otros lectores sí lo consigue; su punto de vista es novedoso y juega a sorprender con la forma en que trata la mezcla tremenda de enfermedad y adolescencia. En resumen.... ¡hay que leerlo y probar! Muchas gracias por tu comentario. ¡Un beso!

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