Novecento, de Alessandro Baricco

Este mes actualizo el blog con la crítica a uno de esos libros que uno no teme recomendar a nadie: es corto, bonito y hace pensar. Yo lo recibí como regalo de Reyes Magos hace muchos años, y a día de hoy sigo aconsejando a amigos varios que lo lean: así conocí yo a Baricco, del que he leído mucho más. Si os asustan los libros de más de cien páginas pero buscáis calidad, Novecento puede ser vuestro siguiente objetivo. 

Alessandro Baricco es uno de los escritores italianos vivos más conocidos de la actualidad. Sobre todo famoso por su obra Seda (de la que hay película), escribió Novecento en 1994, un año después de haber publicado Océano mar. Según sus palabras, tenía la sensación de que, tras esa novela, le habían quedado aún historias que contar, por lo que el personaje de Novecento podría haber cabido en su obra anterior. Tiene una escuela de escritores en Turín donde, supongo, transmite a sus alumnos la importancia de la forma en la literatura. En sus libros no sobra (ni falta) ninguna palabra.

Novecento no es un cuento, sino un monólogo teatral. En él, el extrompetista del barco Virginian nos cuenta la historia de su pianista, Novecento, nacido y criado en el trasatlántico. A través de su amigo, conocemos la historia del pianista: cómo ha sido su vida desde que fue abandonado en el barco y sus intereses, inquietudes y miedos.

En los libros de Baricco no sólo hay que leer con atención lo que nos cuenta, sino cómo lo cuenta. El estilo es muy sencillo, tan sencillo que se lee sin esfuerzo, aunque se reconoce que cada frase está trabajada al máximo, porque cada palabra está elegida a la perfección. Cada una de sus obras, todas similares en sencillez, tiene un ritmo un poco distinto, adaptado al argumento, y es ese control del lenguaje lo que me hizo seguir leyendo a este autor. Es por eso que os recomiendo Novecento, pero también que investiguéis otros libros de él. Por suerte es italiano y las pérdidas en la traducción, aventuro a decir, son mínimas: en castellano suena genial.

Hace demasiado tiempo que lo leí, por lo que no sé qué detalles puedo contar y cuáles no sin temer desvelar algo demasiado importante. El libro es corto, por lo que no pasan demasiadas cosas. Sólo os diré que yo he recordado a Novecento en muchos momentos de mi vida, cuando he tomado ciertas decisiones, porque a mí los barcos tampoco me marean.

Ratita de laboratorio