Después de muchas semanas, aquí
publico una nueva reseña. He recibido un par de quejas por la falta
de actualizaciones en los últimos tiempos, así que prometí hace
diez días que publicaría en el blog. Y, como veis, cumplo mis
promesas.
Por fin he terminado la quinta novela
de la serie „Canción de hielo y fuego“. No me he dado mucha
prisa porque tenía la esperanza de que su autor terminara el sexto
libro en 2014... pero no ha sido así. Hay quien dice que dejará la
serie sin acabar, o que se hartará de preguntas y se cargará a
todos los personajes... Seguid leyendo, pero sólo si antes habéis
leído Festín de cuervos.
En este libro, Martin nos cuenta lo que
le pasa a esa mitad de personajes que no aparecen en Festín de
Cuervos así que, cronológicamente, volvemos al final de
Tormenta de Espadas (con todo lo que ello implica). Esta vez
Martin nos habla del Muro, y de las Ciudades Libres, y del lejano
Este, donde vive Daenerys. Recuperamos a uno de los personajes más
queridos, y por fin sabemos algo de otros que se perdieron en libros
anteriores (qué difícil es explicar un argumento sin desvelar
nada).
El libro a mí me ha gustado mucho
porque recupera el ritmo que en la cuarta entrega se vio un poco
ralentizado. Sin embargo, he de confesar que uno de los capítulos
finales ha sido el primero en toda la saga que no me he creído.
Quizá tarde o temprano tenía que pasar, pero eso me ha
desilusionado, la verdad.
De todas formas, como ya confesé, me
cuento entre los innumerables fans que esperan impacientes la
publicación de la sexta entrega. Yo no digo nada, porque sé que si
publica el libro demasiado pronto, la calidad de la historia puede
disminuir, y así la serie perdería el encanto. Yo apostaba por la
publicación en 2014, pero hay quien habla de 2018... aguantaremos
tanto?
Ratita de laboratorio
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