Todo el mundo me dijo que
el cuarto libro de la saga „Canción de hielo y fuego“
dejaba mucho que desear. Que si los personajes eran nuevos, que si no
se hablaba de los protagonistas interesantes... Así que lo leí
porque, como incondicional, voy a terminar con la serie (tarde el
autor en terminarla lo que tarde) pero con las expectativas un poco
bajas. Al terminarlo me he dado cuenta de que cada lector tiene unos
personajes favoritos y que, por tanto, este cuarto libro puede estar
bastante bien si os gustan las historias de, por ejemplo, las Islas
del Hierro. Así que, aunque no haya tanta acción como en el libro
anterior y que, por tanto, sea un poco de transición (como el
segundo), sigue siendo recomendable que lo leáis.
George R.R. Michael
escribió y escribió tras redactar el tercer ejemplar hasta que se
dio cuenta de que el cuarto se le había ido de las manos. Tenía
tanto material que decidió dividirlo en dos en función de los
personajes: en el cuarto libro contaría la historia de algunos de
ellos y, en el quinto, de los demás. Es por eso que en el cuarto
libro no hay tantas historias intercaladas y, las que hay, tienen un
final más o menos claro. Como dije, si son personajes interesantes o
no, es cuestión de la opinión de cada uno pero, en general, a mí
el autor no me ha defraudado.
Os recomiendo que os
pongáis con él si habéis leído antes el tercero (la tercera
temporada sólo cuenta la mitad del homónimo en los libros), y si le
dais una tregua al autor y no esperáis tantos giros inesperados en
la trama. Os gustará.
Ratita de laboratorio
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