viernes, 19 de julio de 2024

Las olvidadas (Anagnórisis), de Carlota O’Neill

Después de varios años de ausencia este mes de junio volví a la Feria del Libro de Madrid. Paseando, me paré en la caseta de Cuadernos del Vigía, donde me recomendaron leer esta novelita inédita, Las olvidadas, de Carlota O’Neill. Esta editorial rescata obras de Las Sinsombrero en su colección La mitad ignorada, y decidí aceptar el reto y ver qué descubría.

 

O’Neill fue escritora y periodista, y estuvo muy implicada en la lucha por los derechos de la mujer durante la Segunda República. Estaba en Melilla en julio de 1936, donde murió su marido, militar que luchó contra el levantamiento. Ella fue encarcelada. Después de casi cinco años en la cárcel, donde escribió Las olvidadas, y tras recuperar a sus hijas, se marchó exiliada a Venezuela.

En Las olvidadas habla de las prostitutas con las que compartía estancia en la cárcel, a las que da voz y que le cuentan su vida. O’Neill tituló a su obra Anagnórisis, y ha sido la editorial la que complet el título. O’Neill las describe y dialoga con ellas.

De Las olvidadas me ha llamado la atención el estilo. O’Neill utiliza vocabulario muy elevado, muchas palabras para mí eran desconocidas cuando describe a las mujeres protagonistas. Al darles voz cambia el estilo e intenta reproducir su seseo y su forma de expresarse.

Rescatar los autores del exilio (de cualquiera, el español, el alemán o el de otros países) es una labor preciosa y necesaria. Leyendo a O’Neill también me he dado cuenta de lo importante que es no sólo rescatar sus autobiografías, sino cualquiera de sus obras, para devolver el sitio como escritores a estos autores más allá de sus vivencias personales. Por eso es importante editar obras como Las olvidadas, donde O’Neill juega con las palabras y el estilo, y da voz a mujeres que normalmente no la tienen.

Si O’Neill hubiera editado esta obra, quizá hubiera corregido algún detalle. Algunas frases que no terminan de encajar en boca de alguna de las protagonistas, o algún párrafo demasiado recargado con palabras muy complejas. No lo sé, es una teoría, nunca podremos saberlo. Pero la novelita en sí merecía ser rescatada: se lee rápido y está bien escrita.

Ratita de laboratorio

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