domingo, 8 de julio de 2018

Harry Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling

Todavía recuerdo aquel trabajo de verano, en la sección de libros, y la expectación que provocó la publicación del último tomo de la saga de Harry Potter. Yo no lo conocía, no lo había leído, y me costaba entender el nerviosismo de los clientes y los companeros, al comentar el posible final de la trama. Tanto tiempo ha pasado, y tantas personas me han dicho que está bien, que decidí leerlo, con la excusa, claro, de hacerlo en inglés y así aprender algo. No sé si la terminaré, pero el segundo tomo sí voy a leerlo.


Harry Potter y la piedra filosofal fue publicado en 1997. Su autora, J.K. Rowling, luchó por cumplir su sueno de ser escritora, y llegó a pasar apuros económicos antes de publicar su obra. 

Poco hay que contar sobre el argumento de Harry Potter: Harry vive con sus tíos, que no le tratan bien, y un día recibe una invitación para incorporarse a la escuela Hogwarts para aprender a ser mago. 
Cartel de la película

En este primer tomo conocemos a sus famosos amigos Ron y Hermione, y conocemos también la escuela de Hogwarts, con algunos de sus profesores y las rivalidades entre las casas en las que los alumnos conviven. También aprendemos a jugar al quidittch. Tras leer el primer tomo puedo entender por qué gusta tanto: un internado, rivalidades ente los companeros, amistades inquebrantables y el respeto a ciertos valores hacen que Harry Potter enganche a los ninos. Harry es popular por ser hijo de quien es, pero él tarda en ganar seguridad en sí mismo. Su código de amistad es independiente de las clases sociales, y es capaz de entender las particularidades de sus amigos. Sí, quizá a ratos Harry sea un poco perfecto (estoy casi segura de que le cogeré un poco de manía en tomos posteriores) y la descripción del colegio próxima al "Eton" de los magos puede ser demasiado fantástica. Pero voy a darle una oportunidad al segundo libro. También en inglés.

Ratita de laboratorio

 


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