domingo, 17 de enero de 2021

La hija única, de Guadalupe Nettel

Arrancamos el año con una novedad recién publicada en Anagrama y no un clásico: La hija única, de Guadalupe Nettel. Quizás muchos la encasillen como una obra feminista; sí está claro que habla de mujeres y que puede que quienes más la disfruten sean también mujeres, por los temas que toca (sobre todo, la maternidad, pero también otros como las relaciones de pareja, la amistad entre mujeres, la violencia de género). La forma de contar de Nettel crea un ambiente íntimo, habla con las lectoras de sentimientos muchas veces escondidos pero muy reconocibles; es casi inevitable no empatizar y no sentir lo que sienten. Y está muy bien contado lo que supone la maternidad para una mujer en casi todas sus facetas.

La narradora es una mujer en la treintena tan convencida de que no quiere tener hijos que se ha sometido a una ligadura de trompas y vive como una traición cada vez que sus amigas anuncian que serán madres. Desde este punto de partida y en primera persona, habla de otras mujeres cercanas a partir de su posición hacia la maternidad: una amiga íntima ansiosa por ser madre y que finalmente concibe a una niña con problemas y una vecina deprimida con un hijo conflictivo con el que no consigue conectar. A través del punto de vista de la protagonista asistimos al conflicto de los otros personajes: los sentimientos de amor máximo y rechazo de la que será madre; la impotencia, el hartazgo y a veces el odio de la madre que no logra llevarse bien con su hijo. También aparecen otras mujeres y otros conflictos: la amistad, la relación de la propia protagonista con su madre, la solidaridad entre mujeres que aparece en varios puntos de la novela y que quizás sea el mensaje clave que Nettel parece querer lanzar. 

El tema no es nada fácil y es muy dado, y más en los últimos tiempos, a caer en lugares comunes. Los hay en la novela de esta autora mexicana pero también hay otros detalles y otros logros que hacen que la novela merezca la pena y contenga momentos emocionantes. El abanico de situaciones y personajes hace que sea prácticamente imposible no identificarse con alguna de las realidades que plantea y lo hace de forma respetuosa y natural, por complicadas que sean. No hay tantas novelas que hablen de lo que supone el hecho de la maternidad para todas las mujeres, quieran o no quieran serlo. Sólo por eso acercarse a este libro puede merecer la pena. 

Ratita presumida

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