sábado, 16 de mayo de 2020

El obsceno pájaro de la noche, de José Donoso


Mi amigo chileno me regala libros de vez en cuando, a veces de escritores chilenos, pero no siempre. En este caso me regaló la que dicen es la obra cumbre de José Donoso, un autor del boom latinoamericano: El obsceno pájaro de la noche. Me costó cogerle el ritmo: las primeras cien páginas son oscuras, a ratos desagradables, uno no sabe qué quiere contar el autor. Pero después el argumento se aclara un poco: y es ese poco el que me ha encantado. Sigo sin tener clara la trama, las conexiones, el significado. Pero una obra donde el proceso creador se integra con ella, sólo puede estar bien.


Donoso publicó El obsceno pájaro de la noche en 1970. Dicen que tardó ocho años en escribirla, que surgió a partir de varias ideas inconexas, que consiguió terminarla tras ser operado de urgencia por una úlcera y el episodio de esquizofrenia que le ocasionó la morfina que le suministraron. Residente durante años en España, coincidió en Barcelona con García Márquez y Vargas Llosa, y se relacionó con Carlos Fuentes y Julio Cortázar. Él mismo cuenta que, cuando redactó el que sería el "primer" párrafo de la obra (que nunca estuvo en la primera página), ése "Cuando Jerónimo de Azcoitía entreabrió por fin las cortinas de la cuna para contemplar a su vástago tan esperado...", su intención era escribir una novela sencilla. Menos mal que la dejó complicarse.

El protagonista de El obsceno pájaro de la noche y su narrador es Mudito, guardián, portero y ayudante en el asilo o Casa de la Encarnación de la Chimba, donde terminan sus días las antiguas sirvientas de la clase alta de la ciudad de Santiago de Chile. Su propia historia se mezcla con la del embarazo de Iris, y con la del hijo de Jerónimo de Azcoitía. Pero cómo se mezclan no está claro, y ahí reside para mí la magia del libro. Ficción, realidad, sueño, alucinación... no sabemos dónde están los límites, y en un momento dado nos deja de importar.
José Donoso (wikipedia)

Donoso dice de sus libros que tienen una vida propia. Al conocer las circunstancias en las que fue escrita, uno entiende ciertos capítulos de la obra, e intuye el dolor y el sufrimiento que le supuso terminar el libro. Su mujer le animó a concluir El obsceno pájaro de la noche cuando un día estuvo a punto de quemarlo, para que no se le quedara dentro, y leyéndolo uno cree los años que le costó darle forma y estructura a unas ideas en un principio inconexas. 

El obsceno pájaro de la noche es recomendable para aquellos fans de la literatura del boom. Exista como fenómeno literario o no, a sus libros les une el afán de saltarse los límites de lo real, aunque en este caso no haya optimismo. Si os animáis a leerlo, dadle una oportunidad más allá de las primeras páginas. Quizá sea por la cantidad de trabajo que tengo ahora mismo, y la ausencia de trayectos en tranvía gracias a esta etapa de home office que se hace tan larga, pero me costó llegar a la página cien. A partir de ahí, ya todo fue bien.

Ratita de laboratorio

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