
Ngugi wa Thiong'o publicó Descolonizar la mente en 1986. Al principio de su carrera como escritor, el autor de Weep not, Child escribía en inglés, pero poco a poco empezó a sentir la necesidad de comunicar en su lengua materna, el Gikuyu, para llegar a otro tipo de público en Kenia y porque veía un conflicto entre el idioma familiar y el de su educación. Por qué no estudiaban en la escuela literatura africana? Por qué otros autores africanos contemporáneos deseaban adaptar el inglés a sus necesidades particulares y no escribir directamente en lenguas africanas? Creó un grupo teatral que representaba al aire libre obras escritas en gikuyu, con gran carga política antiimperialista y anticolonial. Esto le llevó a la cárcel, y allí cambió el idioma de su escritura para siempre, con El diablo en la cruz, escrita durante su estancia carcelaria y directamente en gikuyu.
Ngugi wa Thiong'o (wikipedia) |
Kenia fue una colonia británica, y esto se ha reflejado en la educación. El idioma en la escuela era el inglés, y el estudio de la literatura se ha efectuado desde el punto de vista europeo. Esto hizo que los autores keniatas del siglo XX escribieran principalmente en inglés, y que en varias Conferencias se discutiera la definición de la literatura africana. Ngugi wa Thiong'o y otros autores defienden la escritura en la lengua originaria del país africano en cuestión (en Kenia en swahili y en gikuyu), y reformar el sistema de educación para que se estudie la tradición literaria keniata, y el resto de literaturas en relación con la nacional. Según Ngugi wa Thiong'o, hacer lo contrario es la prolongación de la colonización, donde después de los intereses políticos y económicos es colonizada la cultura, como una forma de dominación más, donde sólo se leen determinados libros y en determinados idiomas, para reprimir el sentimiento nacionalista.
Creo que Ngugi wa Thiong'o tiene razón en muchas cosas: yo también creo que la lengua materna es normalmente la indicada para escribir o hacer arte, y es muy duro que aún en el siglo XX y en nombre de intereses de dominación se impusiera otra lengua en la educación de un país tan distinto a Reino Unido como Kenia. Esto supuso la creación de una élite keniata que pudiera estudiar en Universidades internacionales, y que fueran capaces de comunicarse fuera de su tierra natal, pero según nuestro autor, el objetivo final era prolongar el colonialismo tras la independencia creando una clase social afín a los intereses imperialistas.
Para mí, los idiomas, la literatura de cada lengua o nación es fuente de riqueza, y suprimirla o no protegerla es sinónimo de una profunda ignorancia. Pero este autor identifica el idioma con una ideología y una manera de pensar: aprender literatura inglesa casi implica reconocer su superioridad, y escribir en gikuyu es para él un acto político. Considera la literatura un medio para despertar a la población en contra del neocolonialismo, y no entiende la escritura sin mensaje. Para alguien que ha pasado por la cárcel y se ha visto obligado a vivir en el exilio, es normal la politización en la literatura, y entiendo que, ya no sus libros, sino su vida entera sea hacer política para llevar la libertad y la mejora del nivel de vida a su país. Pero no todos los autores tienen por qué pensar como él, y para mí los idiomas están por encima de la polítca: identificar una lengua con una forma de pensar, un partido político o una postura ideológica resulta negativo a medio plazo, e implica rechazo entre los que piensan distinto. Por eso, no comparto su forma de pensar.
Creo que la situación en Kenia debe ser complicada, pero a mí me gusta pensar que dentro de un tiempo esta dicotomía no existirá y que, después de tanto tiempo de colonialismo británico, el inglés y el gikuyu convivirán en armonía. Mucho más allá de la política, y porque autores como Shakespeare son de todos.
Ratita de laboratorio
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