jueves, 12 de abril de 2018

La tesis de Nancy, de Ramón J. Sender


Tenía muchísimas ganas de leer La tesis de Nancy porque fue, probablemente, la primera obra que conocí de su autor, y porque después de haber leído sus Mr. Witt en el cantón y Réquiem por un campesino espanol, me apetecía profundizar en su registro cómico. He de decir que me ha decepcionado: las otras novelas que leí tienen una mayor carga dramática y giros en la novela que nos hacen ver que no todo es lo que parece, y con Nancy pensaba que también ocurriría algo así. Pero no: La tesis de Nancy es una novela cómica, que busca hacer reír a partir de los equívocos que vive una estudiante estadounidense que se va a vivir a Sevilla para escribir su tesis. Ni más ni menos.


Ramón J. Sender publicó La tesis de Nancy en 1962. Desde su exilio tras la Guerra Civil en Estados Unidos decide escribir una novela sobre una estudiante de ese país en la que descubre la realidad espanola de los anos 50 (entre 1957 y 1958), con sus expectativas, sus decepciones y sus sorpresas. Hay crítica pero hay también anoranza: Sender no volvió a su país (y de visita) hasta 1974, y al reírse de los equívocos de Nancy se notan, por un lado, su resignación ante un país inmovilista y atrasado que podría ser mejor pero también pasional, divertido, irónico, que contrasta con la ingenuidad simplista de la pobre Nancy.

Lo más original de la obra es su estructura: Sender se presenta como traductor de las cartas que Nancy envía periódicamente a su prima Betsy, y en la que le cuenta las anécdotas más divertidas o curiosas de su estancia en Sevilla. A través de ellas entendemos que la pobre Nancy sabe menos castellano de lo que cree: los dobles sentidos, la jerga y todos los dichos que escucha los interpreta como puede. También los "false friends" le juegan una mala pasada, y al escuchar ciertas palabras similares al inglés las traduce erróneamente. Estos chistes son a veces muy graciosos, pero terminan siendo demasiado abundantes en el texto. Creo, además, que al abusar de la jerga el libro ha envejecido mal, y nos descubrimos buceando en las notas porque nosotros, como Nancy, tampoco entendemos todos los dichos que utilizan los protagonistas espanoles de la obra.

Ramón J. Sender (wikipedia)
A lo largo de las cartas vemos que la ingenua Nancy a veces no lo es tanto, y que se quiere echar un novio gitano para empaparse de su cultura y escribir una tesis mejor (me encanta esa crítica tan típica del que busca conocer un país y no duda en no ser del todo sincero). Este novio gitano se llama Curro, sin ocupación clara, un novio celoso que sufre lo suyo con los errores de Nancy, y que demasiado a menudo prefiere dejar sin aclarar.

Me quedo del libro sin duda con la reivindicación que hace Sender del pasado histórico espanol: de las civilizaciones que han vivido allí desde tiempos inmemoriales que han hecho al país objeto de estudio. Parece que Sender intenta decirnos que Espana es mucho más que Franco y su dictadura, que no merecen apropiarse del país. Y que esa época, como otras, se acabarán. También esa reivindicación, ese pequeno recordatorio, de aquellos que no pueden vivir bajo el régimen sin temor a represalias. Los tópicos que utiliza (la gracia andaluza, el duende, las supersticiones y la religión) son tratados desde el humor, y aunque Curro sea un machista y un tradicional, sabemos que no es tan simple como a veces parece (a los ojos de la pobre Nancy que no se entera muy bien).

Si queréis conocer a Sender os invitaría a hacerlo con otras de sus obras. Si os decidís por La tesis de Nancy, no busquéis más que una comedia. A veces hay risa fácil, y aunque la (falta de) estructura pueda ser objeto de elogio, a mí me parece una obra menor. Quizá la leí después de un gran clásico, y claro, cualquiera pierde la batalla ante ciertos pesos pesados de la literatura. O quizá la idea del libro era muy buena y no le salió tan bien como esperaba. El libro tiene varias secuelas, pero creo que cuando vuelva a Sender lo haré con otras obras.

Os dejo unas frases de Nancy sobre su conflicto con el humor andaluz y la dificultad para entender cuándo algo va en serio o no:

"Nadie se considera obligado en Sevilla a creer lo que le dicen y si escucha con interés es solo atendiendo a la gracia o a la falta de gracia del que habla. Tampoco pretende nadie ser creído, sino solo ser escuchado". 

"Curro todo lo importante lo dice en coplas. De veras".

Ratita de laboratorio


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