Günter Grass publicó El
tambor de hojalata en el año 1959. Es el primer libro de su trilogía
sobre Danzig (Gnadsk), que es la ciudad donde el autor nació.
Mientras que en El gato y el ratón Danzig es un simple escenario
(seguro que no tan simple, pero su papel en la historia no me pareció
tan relevante), en el libro que nos ocupa la ciudad tiene papel casi
protagonista. Para empezar, el autor siempre la llama Danzig, ciudad
que ya no existe, puesto que tras la Segunda Guerra Mundial pasó a
pertenecer a Polonia, cambiando su nombre alemán (durante los años previos a la guerra la mayoría de sus habitantes eran alemanes) por
el de Gnadsk. Grass también nos habla de sus habitantes, obligados a
abandonar la ciudad tras el final de la guerra, y nos imaginamos el
sentimiento de nostalgia que lleva a Grass a escribir sobre Danzig,
símbolo de su infancia, perdida en el tiempo para él como para
todos pero también, en su caso, en el espacio, puesto que poco queda
del Danzig que él conoció. Sin duda esta circunstancia ha marcado su vida y su estilo, abierto a toda forma de manifestación artística y valiente a la hora de dar su opinión.
Cartel de la película |
En esta forma de redactar
está la intención renovadora de
la novela que Grass buscaba, reflejada también en los cambios de
persona del relato (primera y tercera, aunque en los dos casos la voz es la de Óscar) o en la intervención de otros personajes que también
toman la pluma. El acercamiento de Grass de esta manera a la historia
de su país (al ascenso del partido nazi, al comienzo de la guerra, a
su final) fue innovadora en su momento, donde muchos hablaban de la
conciencia colectiva y del sentimiento de culpa, pero pocos lo hacían
desde la ironía y el humor (ácido) y, pocos también, lo mezclaban
con otros temas mucho más cotidianos.
Este libro es
recomendable si os interesáis por las novelas más importantes del
siglo XX (que no más bonitas), si os gusta la literatura alemana y
si os interesa la temática de la Segunda Guerra Mundial. Os advierto de
que no es fácil: por supuesto, mejor en castellano que en alemán,
pero puede hacerse un poco larga, y está llena de metáforas y escenas raras que yo, por lo menos, no siempre entendí. Y os advierto también de que el
estilo de Grass puede ser bastante „crudo“: a mí me costó leer varios capítulos y me arrepentí de no haberlo leído en alemán para haberlos entendido sólo a medias...
"Pues sí: soy huésped de un sanatorio". (O. M.)
"Pues sí: soy huésped de un sanatorio". (O. M.)
¡Hola! No he leído esta novela pero, hace unos años, vi la película y lo pasé fatal. Me pareció dura a más no poder y de una crudeza brutal. No estoy hecha para este tipo de cine ;) Besos.
ResponderEliminarHola vecina! si a mí me costó leer algunas escenas, no me puedo ni imaginar lo que sería verlas en una película... te entiendo perfectamente.
EliminarYo sólo conozco de este autor, además de "El tambor...", "El gato y el ratón". El libro también es bastante duro, pero no hay escenas tan tan crudas... que yo recuerde. "El tambor..." fue su primer libro, y se nota que quiso contar muchas cosas de una manera muy particular... No sé, anímate con otros de sus libros a ver si hay más suerte.
Gracias por visitarnos!
Ratita de laboratorio