viernes, 6 de enero de 2017

Trópico de Cáncer, de Henry Miller

Trópico de Cáncer es de esos libros de los que una siempre oye hablar pero sin saber muy bien de qué van. Tras varios años en la lista de pendientes, inauguramos el 2017 con esta obra, a la que yo conocí por su fama de controvertida. La verdad es que me ha desilusionado un poco, pero entiendo que al ser publicada provocara un escándalo en la época.


Henry Miller publicó en Francia Trópico de Cáncer en 1934. En EEUU fue calificada como pornográfica, y su publicación estuvo prohibida hasta el año 1961. Henry Miller viajó por Estados Unidos, y en 1930 se marchó a vivir a París. Allí vivió en la pobreza durante algunas temporadas, y ejerció algunos trabajos que le permitieron sobrevivir. Entró en contacto con otros autores, y con mujeres que marcaron su vida como Anais Nin. Terminó volviendo a Estados Unidos, a California, donde siguió escribiendo y pintando hasta su muerte. Su literatura marcó a varios autores, entre ellos a la Generación Beat.

Henry Miller (wikipedia)
Es difícil resumir el argumento de Trópico de Cáncer. Cada capítulo es un episodio de la vida de Miller en París, pero no están ordenados cronológicamente, por lo que a veces es un poco difícil relacionar unos con otros. Pero al poco de empezar con la lectura, uno se da cuenta de que lo importante del libro es cómo cuenta lo que cuenta. Miller se levantaba muchos días sin saber dónde iba a comer, o de dónde iba a sacar unos francos para beber algo. Junto a Miller conocemos la parte miserable del París de los años veinte y treinta, sus barrios pobres, la prostitución de sus calles y los bares y burdeles donde el grupo de bohemios se emborrachaba. Y Miller no se calla nada: por supuesto, nos cuenta su opinión sobre la gente que le rodea, las relaciones que mantenían entre sí, sus miserias más personales, y hasta nos habla de las enfermedades venéreas que temían (o sufrían) sus amigos. Este estilo tan crudo y directo chocó en su época porque, aunque muchos autores ya hablaban de muchos temas tabúes, pocos se atrevían (o se atreven aún hoy en día) a escribir sin omitir absolutamente nada.

Going south to mexico (litografía de Miller, página oficial)
Trópico de Cáncer no me ha gustado mucho, la verdad, no hay mucho más más allá de la provocación. Pero hay libros que se leen por lo que han influido en la literatura posterior por valientes, y Trópico de Cáncer es sin duda uno de ellos. Miller invita con su estilo sórdido y sus monólogos en ocasiones próximos a la escritura automática a romper con todas las convenciones existentes, no sólo literarias, y es uno de esos escritores que escribe como vive y vive como escribe. Pero ese afán de ser libre, de no poner fronteras a los deseos y a hacer en cada momento lo que uno quiere, es a veces infantil, como dice el propio Miller, o poco realista. Si olvidamos el sufrimiento que provocan a su alrededor y las faltas de respeto a las prostitutas o amantes que tienen, sí que resulta interesante vivir sin normas, y luchar desde la humilde posición de uno contra esa sociedad que invita a seguir un camino ya establecido que quizá no es el nuestro. Y ahí radica la importancia de este libro: mostrarnos el valor de la libertad individual, de la huida de las responsabilidades y convenciones impuestas, con un estilo innovador en su época y que resultó totalmente irreverente. Más allá de que a ratos pensemos que el protagonista es un egoísta que se cree con derecho a utilizar a los demás y a abusar de su confianza, por la defensa de unos principios de dudoso valor.

Ratita de laboratorio


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