Trópico de Cáncer es de
esos libros de los que una siempre oye hablar pero sin saber muy bien
de qué van. Tras varios años en la lista de pendientes, inauguramos
el 2017 con esta obra, a la que yo conocí por su fama de
controvertida. La verdad es que me ha desilusionado un poco, pero
entiendo que al ser publicada provocara un escándalo en la época.
Henry Miller publicó en
Francia Trópico de Cáncer en 1934. En EEUU fue calificada como
pornográfica, y su publicación estuvo prohibida hasta el año 1961.
Henry Miller viajó por Estados Unidos, y en 1930 se marchó a vivir a París. Allí vivió en la pobreza durante algunas
temporadas, y ejerció algunos trabajos que le permitieron
sobrevivir. Entró en contacto con otros autores, y con mujeres que
marcaron su vida como Anais Nin. Terminó volviendo a Estados Unidos,
a California, donde siguió escribiendo y pintando hasta su muerte.
Su literatura marcó a varios autores, entre ellos a la Generación
Beat.
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Henry Miller (wikipedia) |
Es difícil resumir el
argumento de
Trópico de Cáncer. Cada capítulo es un episodio de la
vida de Miller en París, pero no están ordenados cronológicamente,
por lo que a veces es un poco difícil relacionar unos con otros.
Pero al poco de empezar con la lectura, uno se da cuenta de que lo
importante del libro es cómo cuenta lo que cuenta. Miller se
levantaba muchos días sin saber dónde iba a comer, o de dónde iba
a sacar unos francos para beber algo. Junto a Miller conocemos la parte miserable del
París de los años veinte y treinta, sus barrios pobres, la
prostitución de sus calles y los bares y burdeles donde el grupo de bohemios se
emborrachaba. Y Miller no se calla nada: por supuesto, nos cuenta su
opinión sobre la gente que le rodea, las relaciones que mantenían
entre sí, sus miserias más personales, y hasta nos habla de las
enfermedades venéreas que temían (o sufrían) sus amigos. Este
estilo tan crudo y directo chocó en su época porque, aunque muchos
autores ya hablaban de muchos temas tabúes, pocos se atrevían (o se
atreven aún hoy en día) a escribir sin omitir absolutamente nada.
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Going south to mexico (litografía de Miller, página oficial) |
Trópico de Cáncer no me
ha gustado mucho, la verdad, no hay mucho más más allá de la provocación. Pero hay libros que se leen por lo que
han influido en la literatura posterior por valientes, y
Trópico de Cáncer es sin duda uno de ellos. Miller invita con su estilo
sórdido y sus monólogos en ocasiones próximos a la escritura automática a romper con
todas las convenciones existentes, no sólo literarias, y es uno de
esos escritores que escribe como vive y vive como escribe. Pero ese
afán de ser libre, de no poner fronteras a los deseos y a hacer en
cada momento lo que uno quiere, es a veces infantil, como dice el
propio Miller, o poco realista. Si olvidamos el sufrimiento que
provocan a su alrededor y las faltas de respeto a las prostitutas o
amantes que tienen, sí que resulta interesante vivir sin
normas, y luchar desde la humilde posición de uno contra esa
sociedad que invita a seguir un camino ya establecido que quizá
no es el nuestro. Y ahí radica la importancia de este libro: mostrarnos el valor de la libertad individual, de la huida de las responsabilidades y convenciones impuestas, con un estilo innovador en su época y que resultó totalmente irreverente. Más allá de que a ratos pensemos que el protagonista es un egoísta que se cree con derecho a utilizar a los demás y a abusar de su confianza, por la defensa de unos principios de dudoso valor.
Ratita de laboratorio
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