Tú no eres como otras
madres ha sido una de las novedades del año con más éxito. La otra
ratita la leyó por motivos profesionales, y me recomendó intentarlo
con el original. Con este libro, uno de los últimos retos del 2016,
despedimos el año e inauguramos las recomendaciones para los Reyes Magos.
Mandamos un saludo especial a nuestros seguidores: los incondicionales
y los casuales, que pasáis sólo de vez en cuando por
aquí. Espero que estéis disfrutando de las Navidades y que el 2017
os depare lo mejor.
Schrobsdorff publicó
Tú no eres como otras madres en 1992, pero no ha sido hasta este año 2016, de la mano
de Errata Naturae y Periférica, que podemos disfrutar de su
traducción al castellano. Este año también ha sido,
lamentablemente, el de la muerte de su autora, cuya vida se narra
parcialmente en la obra que nos ocupa. Nacida en 1927, vivió junto a
su familia en la Alemania de entre guerras, y en la Alemania nazi. Su
madre, que no era como otras madres, marcó su infancia y su
juventud, y este libro es el resultado de la búsqueda de la mujer
que se escondía detrás. Su forma de tratar los recuerdos y de
analizar los acontecimientos que vivieron juntas, son el mejor
homenaje que le pudo hacer a su madre.
Cuando leí el título
del libro y el resumen, pensaba que la madre de Angelika sería una
heroína que, en tiempos del nazismo, resaltó por su entereza y su
capacidad de decisión. Y de ahí que no fuera como otras madres,
pues gracias a Dios no son muchas las que se ven en la situación de
luchar por salvar la vida de sus hijos. Pero cuando empecé a leer la
novela, me di cuenta de que no era eso lo que Schrobsdorff nos quiere
contar.
A. Schrobsdorff (Errata naturae) |
Else era judía, y desde
su más tierna infancia luchó contra las convenciones de la
sociedad. De niña quería poner un árbol de Navidad en casa, y
desde joven quiso salir del círculo de relaciones que sus padres le
buscaban, conociendo la bohemia berlinesa de la mano de su primera
pareja Fritz. Else era una mujer culta, con gran interés en la
literatura y el arte, pero sobre todo era libre. Vivió su vida con
gran intensidad, y disfrutó de los años veinte junto a sus amigos,
durante los que buscaba el placer, el amor y la diversión. La
llegada de Hitler al poder marcó el comienzo de la segunda etapa de
su vida, aunque al principio intentó, como tantos otros, cerrar los ojos y negar
la realidad.
Como madre, Else no
siempre supo aportar a sus hijos esa seguridad que muchos vástagos
encuentran en sus progenitores, esa capacidad innata que muchas veces
adjudicamos a los padres (no siempre acertadamente) de que ellos
sabrán qué hacer. Y por eso dice Angelika que su madre no era como
otras, porque a veces estaba ausente, o tenía cambios de humor, y
porque el amor que sentía por sus hijos a veces no suplió la falta
de otras capacidades. Schrobsdorff, con la sabiduría y la
experiencia que da el paso de los años, se acerca a la vida de su
madre desde su amor incondicional, pero la intenta comprender como
mujer, y no sólo como madre. Y escribe un libro lleno de amor, de
compasión, con reproches (hacia su madre y hacia sí misma) pero
lleno de perdón y arrepentimiento. Una relación de madre e hija es
compleja siempre, pero pocas veces se pone en palabras con tanto
acierto esa mezcla de sentimientos que suponen los conflictos
generacionales.
Otro de los puntos
fuertes de Tú no eres como otras madres es su contexto histórico. Ya he dicho alguna vez
en este blog que soy una apasionada del período entre las guerras
mundiales en Europa, especialmente en Alemania, donde sigue
pareciendo increíble que una sociedad con fama de abierta y culta
aceptara e incluso apoyara un político como Hitler. La descripción
de los años despreocupados de Else ayudan a entender una época que
tuvo que ser muy especial, previa a otra mucho más dura, de la que
Else tardó en ser consciente.
Fotograma de la película Else, basada en la novela |
Quizá este libro nos
ayude en el proceso.
Por último, os diré que
si tenéis un nivel bastante alto en alemán, merece la pena
intentarlo. A mí me ha tocado buscar bastantes palabras en el
diccionario, pero si conseguís terminarlo, os sentiréis orgullosos
de haber entendido las descripciones de Angelika, llenas de matices,
que consiguen captar a la perfección hasta los más pequeños
detalles de la relación entre madre e hija. Pero no os sintáis mal
si os veis obligados a dejarlo: requiere concentración y, demasiadas
veces, el diccionario al lado.
Ratita de laboratorio
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