Hace tiempo hablé con
unas amigas sobre un libro éxito de ventas, la autobiografía de una
mujer que había estado enferma de anorexia y bulimia, que se había
dedicado a la prostitución y que en su infancia había sido violada.
De cómo en la radio comentaban su valentía por hablar tan claro de
tantos temas tan espinosos, y de cómo había salido adelante a pesar
de los intentos de suicidio. Yo no soy aficionada a los libros tan
crudos porque me afectan mucho, y pensaba haberlo leído tras la
recomendación de alguien que lo conociera, pero lo recibí de regalo
por mi cumpleaños así que le hice un hueco en la lista. Por supuesto
que he llorado leyéndolo.
Un blog de ratas de biblioteca para ratas de biblioteca, con críticas literarias que nunca te desvelarán el final de los libros.
lunes, 29 de junio de 2015
miércoles, 17 de junio de 2015
En busca del tiempo perdido (VII): El tiempo recobrado
Por
fin he terminado. En 2014 me propuse leer En busca del tiempo
perdido: porque no se puede entender la literatura del S.XX sin
conocer a Proust, porque su fama de libro aburrido suponía un reto
para mí, porque un conocido me habló de él con tanta pasión que
creí que podía merecer la pena… Y, después de tantos meses, por
fin he terminado. Tras la lectura de El tiempo recobrado,
escribo este post que pretende resumir el último tomo y hacer una
crítica de la obra entera. Así que, esta vez sí: aunque no hayáis
leído La fugitiva, podéis seguir leyendo. Al final de la
entrada os dire si os recomiendo el libro… o no.
jueves, 11 de junio de 2015
Oso, de Marian Engel
Escribo muy poco tiempo después de haber terminado Oso, de Marian Engel, y aunque sigo sin saber bien cómo clasificarlo sí puedo decir que leerlo me ha hecho más feliz. Es una lectura distinta y algunas páginas suponen casi un desafío. Pero es una prueba más de que se puede hacer algo bello de casi cualquier cosa.
viernes, 5 de junio de 2015
El Quijote de Andrés Trapiello: ¿sí o no?
Muchas editoriales dejan sus grandes lanzamientos para las fechas próximas a la Feria del Libro y ése ha sido el caso del Quijote de Andrés Trapiello, recién publicado con una enorme expectación mediática por Destino. La pregunta más repetida en las entrevistas que ha concedido el autor es si era necesario. Y Trapiello se afana en defender un trabajo de catorce años consistente en retocar el libro de Cervantes en cuestiones de léxico y sintaxis lo mínimo posible. Su objetivo, aproximar el español del XVII al español de hoy y acercarlo así a lectores que aún lo tenían entre sus obras pendientes asustados, en parte, por un lenguaje que temían farragoso y arcaico.
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