miércoles, 26 de agosto de 2015

Una casa de tierra, de Woody Guthrie

Considerado uno de los cantautores más importantes de Estados Unidos -Bob Dylan le adoraba-, hasta hace pocos años no se sabía que, además de muchísimas letras, también dejó una novela. En España, fue recuperada por Anagrama, con ilustraciones del autor y un resumen de su ajetreadísima vida. Suelo desconfiar de los presentadores que escriben, las actrices que también cantan, los cantantes que son poetas... Y me acerqué a este libro más por curiosidad que por la esperanza de encontrarme con una gran obra. Me equivoqué: me encantó desde el principio hasta el final y se lo recomendaría a cualquiera. Las letras de Woody Guthrie eran preciosas. Y fue capaz de crear un libro igual de bello.

domingo, 16 de agosto de 2015

El jardín de los cerezos, de Antón Chéjov


El teatro no hay que leerlo, sino verlo representado. Y eso hice yo con Chéjov y su Jardín de los cerezos: verlo en el National Theater. El problema es que la versión tenía ciertos toques modernos que no terminé de entender (había militares con metralletas en el reparto) así que, por recomendación de una de las amigas con las que fui a verlo, decidí leerlo. Y aunque cierto atrezzo era inventado y, para mí, sobraba, muchas de las situaciones eran tal y como Chéjov las quería... porque los últimos nobles de Rusia rozaban el ridículo ignorando la realidad de su nueva pobreza. 

lunes, 10 de agosto de 2015

Mejor hoy que mañana, de Nadine Gordimer

Los libros te hacen viajar, dicen... y con pocos lo he sentido tanto como con Mejor hoy que mañana. Apenas había oído hablar de Nadine Gordimer, ganadora del Nobel en el 91, y tampoco sabía mucho de la historia de Sudáfrica más allá de las referencias a Mandela y al apartheid. La historia de Mejor hoy que mañana arranca justo ahí, en el año que acabó con la segregación racial e hizo nacer una nación nueva. Gordimer nos cuenta lo que no sabemos: lo que pasó con su país después, la vida que sigue cuando el cambio llega. Y viajas allí. Sin duda.

domingo, 2 de agosto de 2015

La constelación del perro, de Peter Heller

Si hubiera visitado una librería buscando alguna novedad que leer, nunca me hubiera decantado por La constelación del perro. Ambientado en el futuro, en este libro Big Hig nos cuenta cómo es su vida en su aeropuerto, adonde ha ido a parar tras sobrevivir a una epidemia de gripe que ha acabado con el 99% de la población mundial. Me recordaba demasiado a La carretera, libro que conscientemente decidí no leer por mi alta sensibilidad. Pero los regalos (y los cuñados) están para poner remedio a los errores de una, así que aquí va la crítica que debo desde Navidad. Adelanto: me ha gustado.