sábado, 25 de julio de 2015

La hora de la estrella, de Clarice Lispector

La hora de la estrella es el último libro de una autora que no conocí hasta hace muy poco, Clarice Lispector. Supe de ella por frases sueltas citadas en artículos, en blogs, en libros... Citas, sobre todo, sobre el oficio de escribir, que ella describía con una fuerza increíble. Para Lispector, escribir es desnudar y desnudarse del todo. Y a ella le salía de dentro como un impulso irresistible. Esta obra, la única suya que he leído, trata sobre la escritura como forma de acercarse a la verdad y es una especie de testamento sobre la íntima búsqueda que fue para ella ese oficio. La seguiré leyendo. Seguro.

domingo, 19 de julio de 2015

Pequeña Inglaterra, de Ioanna Karystiani


Otra de las lagunas que tengo en mi currículo lector es la literatura griega. Ahora que tanto hablan de Grecia en los Telediarios, debo reconocer que éste es el primer libro de ese país que leo. Le pedí una recomendación a mi amigo griego, y me regaló este libro que, según le habían comentado, me iba a gustar. Un poco cursi, la verdad, y me ha costado mucho entender la relación entre las dos hermanas. Pero describe muy bien la vida de los marineros y de los pueblos de mar, donde las mujeres esperan y esperan, y aman, y se quedan viudas. Donde el matrimonio convive sólo unas cuantas semanas cada dos o tres años, y el resto del tiempo sobrevive a base de cartas y desvelos. 

miércoles, 15 de julio de 2015

La noche del oráculo, de Paul Auster

Hacía muchísimo que no me leía un libro de Paul Auster, con sus escritores desquiciados y, sobre todo, con su Nueva York lleno de rincones misteriosos. Este lo empecé por ser un regalo y me reencontré con un Auster que me gustó mucho más de lo que recordaba. En La noche del oráculo están el mágico efecto del tiempo, las casualidades, los enigmas detrás de su ciudad de siempre. Y una forma de contar compleja, que entrelaza ficción y realidad, pero tan bien estructurada y con un ritmo tan ágil que atrapa al lector llevándole a donde le quiere llevar: a reflexionar con él sobre lo frágiles que son nuestras certezas.