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Cuando terminé de leer
El Cártel, la segunda parte de la trilogía sobre las drogas de Don Winslow, decidí que no leería más: su violencia me hizo difícil terminar la lectura, y me dejó triste y deprimida. Pero leí una entrevista de Winslow donde dijo haber pasado un tercio de su vida redactando estas tres novelas, y donde afirmó estar cansado, porque le habían llegado a afectar a su vida personal. Si habéis leído
El Poder del Perro, o
El Cártel, entenderéis su cansancio, y su sufrimiento. Y quizá, como yo, cambiéis de opinión y decidáis terminar su obra y acercaros a
La Frontera: para que su esfuerzo reciba una recompensa. Aunque intentaré no hacer spoilers, desaconsejo seguir leyendo si no conocéis el resto de la trilogía.