Otra vez, hace mucho
tiempo, me dejé llevar por el deseo y compré un libro de poesía en
alemán: los mejores y más conocidos poemas de amor en alemán. Y
otra vez tuve que dejarlo en la estantería largo tiempo, hasta
sentirme preparada para poderlo leer. Por fin me decidí, dispuesta a
encontrar lo que intuí en el Fausto de Goethe (que sólo hojeé en
alemán): que la poesía en alemán puede sonar muy bonita, y saqué
la recopilación de poemas de amor editada para hacer regalos del fondo de la estantería. Aunque
no os recomiende leerlo, sí que os pediré una oportunidad a la
poesía en lengua teutona.
Hans Wagener eligió
estos poemas en alemán que pretenden ser un recorrido durante la
historia y el tema del amor. Partiendo de canciones populares y
poemas muy antiguos, va de autor en autor y de siglo en siglo,
reflejando en cada poema el cambio de mentalidad de una época.
Porque: ¿qué es el amor? ¿Deseo? ¿Es real o imaginado? ¿Es rutina y
costumbre o excitación y novedad? ¿Es masculino o femenino? ¿Es dolor?
Y creo que aquí radica el error de esta colección:
es demasiado didáctica, o variada, y aunque permite hacerse una idea
de la poesía alemana (quizá para estudiantes de alemán sea
perfecta), no refleja una unidad en un tema tan vasto y complejo. Así
que vamos leyendo a lo largo del librito desde miradas que no dicen
nada y amores platónicos hasta los poemas actuales más realistas
que hablan de hacernos los sordos ante nuestras parejas (verídico). Por mucho que este poema refleje una diferencia y eso esté bien para
que yo aprenda, no creo que sea un bonito poema de amor ni que
merezca estar en esta coleccioncita.
Como son 50 autores con
sus 50 poemas, voy a hablar sólo de uno: su poema no es el que más
me ha gustado, pero es uno de los poetas en alemán (es checo) más conocidos, y
por su vida de viajes, en contacto con tanta gente interesante, en
ciudades tan bonitas y llenas de ideas como París a principios del
siglo XX, tenía mucha curiosidad por leerlo en original. Y aunque
dicen que este autor es cursi, este poema no me ha desalentado para
en un futuro volverlo a intentar, con otro librito finito pero sólo
de un autor: Reiner Maria Rilke.
Rilke: wikipedia |
Liebes-Lied
Wie soll ich meine Seele halten, daß
sie nicht an deine rührt? Wie soll ich
sie
hinheben über dich zu andern Dingen?
Ach gerne möcht ich sie bei irgendwas
Verlorenem im Dunkel unterbringen
an einer fremden stillen Stelle, die
nicht weiterschwingt, wenn deine Tiefen
schwingen.
Doch alles, was uns anrührt, dich und
mich,
nimmt uns zusammen wie ein Bogenstrich,
der aus zwei Saiten eine Stimme zieht.
Auf welches Instrument sind wir
gespannt?
Und welcher Geiger hat uns in der Hand?
O süßes Lied.
Si os ha gustado, haced
como yo y atreveos con algún librito (nada de antologías de muchas
páginas, ni libros raros destinados a arrasar en ventas) de algún
autor alemán. Cuando yo me anime, lo haré con Rilke: en mi elección juega
un papel importante su biografía y la fascinación de Zweig por
él, pero sospecho que su estilo no es tan inalcanzable (quizá tampoco tan impresionante) como el de Goethe. No sé si lo entenderé bien, ni si me equivoco en mis juicios: os invito a emprender esta aventura y a que me contéis o me aconsejéis cómo puedo seguir leyendo poesía alemana sin sentir deseos de abandonarla.
Y para los que no sepan
alemán y estén a punto de dejar el post, os dejo este poema de
Borges, para romper con los prejuicios a los que se enfrenta cada día
un estudiante de alemán: el alemán no es un idioma duro, ni tiene
por qué sonar agresivo. Como dijo una de mis mejores profesoras de
la EOI en Madrid, el alemán es como un puzzle y creo que eso, junto
a su extenso vocabulario y sus casos, lo convierte en un idioma ideal
para jugar con él, aunque al estudiarlo pueda volvernos locos.
Borges: wikipedia |
Al idioma alemán
Mi destino es la lengua castellana,
El bronce de Francisco de Quevedo,
Pero en la lenta noche caminada,
Me exaltan otras músicas más íntimas.
Alguna me fue dada por la sangre-
Oh voz de Shakespeare y de la Escritura-,
Otras por el azar, que es dadivoso,
Pero a ti, dulce lengua de Alemania,
Te he elegido y buscado, solitario.
A través de vigilias y gramáticas,
De la jungla de las declinaciones,
Del diccionario, que no acierta nunca
Con el matiz preciso, fui acercándome.
Mis noches están llenas de Virgilio,
Dije una vez; también pude haber dicho
de Hölderlin y de Angelus Silesius.
Heine me dio sus altos ruiseñores;
Goethe, la suerte de un amor tardío,
A la vez indulgente y mercenario;
Keller, la rosa que una mano deja
En la mano de un muerto que la amaba
Y que nunca sabrá si es blanca o roja.
Tú, lengua de Alemania, eres tu obra
Capital: el amor entrelazado
de las voces compuestas, las vocales
Abiertas, los sonidos que permiten
El estudioso hexámetro del griego
Y tu rumor de selvas y de noches.
Te tuve alguna vez. Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso
Lejana como el álgebra y la luna.
Mi destino es la lengua castellana,
El bronce de Francisco de Quevedo,
Pero en la lenta noche caminada,
Me exaltan otras músicas más íntimas.
Alguna me fue dada por la sangre-
Oh voz de Shakespeare y de la Escritura-,
Otras por el azar, que es dadivoso,
Pero a ti, dulce lengua de Alemania,
Te he elegido y buscado, solitario.
A través de vigilias y gramáticas,
De la jungla de las declinaciones,
Del diccionario, que no acierta nunca
Con el matiz preciso, fui acercándome.
Mis noches están llenas de Virgilio,
Dije una vez; también pude haber dicho
de Hölderlin y de Angelus Silesius.
Heine me dio sus altos ruiseñores;
Goethe, la suerte de un amor tardío,
A la vez indulgente y mercenario;
Keller, la rosa que una mano deja
En la mano de un muerto que la amaba
Y que nunca sabrá si es blanca o roja.
Tú, lengua de Alemania, eres tu obra
Capital: el amor entrelazado
de las voces compuestas, las vocales
Abiertas, los sonidos que permiten
El estudioso hexámetro del griego
Y tu rumor de selvas y de noches.
Te tuve alguna vez. Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso
Lejana como el álgebra y la luna.
He de reconocer que,
salvando las distancias, como a Borges a mí también la lengua de Alemania me fascina.
Aunque a veces tenga mis días y también la divise lejana...
Ratita de laboratorio
Sinceramente...Fascinánte...
ResponderEliminarHola Unknown, me alegro si estás de acuerdo conmigo en que leer poesía en alemán es una aventura que hay que probar. Gracias por tu comentario!
EliminarFASCINANTE... ES CUANDO RESALTA QUE NO IMPORTA EL IDIOMA..ES SOLO EL SENTIR QUE PUEDE EXPRESAR UN ESCRITO
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