2666, de Roberto Bolaño

Aunque me avergüenza un poco decirlo, fue un alemán la primera persona que me habló de este libro. Lo leían en la universidad como ejemplo de literatura contemporánea en español, y al saber que yo no lo conocía, el chico se sorprendió. Años después, tras haber leído este inmenso regalo de cumpleaños, comprendo su sorpresa: lo que me estaba perdiendo.

2666 fue publicada en 2004 de forma póstuma, ya que Bolaño murió un año antes. El autor quiso publicar el libro en cinco partes porque son relativamente independientes, de forma que económicamente su familia se viera beneficiada en caso de que él muriera. A pesar de sus deseos, los responsables de su legado decidieron publicar el libro de una vez, puesto que ése era el plan inicial de su autor. Después de esta obra se han seguido publicando cuentos, ensayos, textos que el autor escribió en vida. Así que aunque fue la última obra que el autor dio por acabada antes de morir, no ha sido su última publicación.

En 2666 cada parte tiene una trama distinta aunque algunos personajes aparecen en varias de ellas. El único nexo visible que tienen en común es la ciudad de Santa Teresa, nombre ficticio con el que Bolaño denomina a Ciudad Juárez. Esta ciudad está en la frontera de México con Estados Unidos y esta situación ha marcado su economía y su historia. Ciudad Juárez tiene una importante actividad industrial a través de las maquiladoras (fábricas de multinacionales que aprovechan el bajo coste de la mano de obra mexicana para reducir costes de producción) que emplean a gran parte de la población, también femenina. Las cifras de desempleo son casi inexistentes.

Pero Ciudad Juárez es también tristemente famosa por los asesinatos de mujeres. Desde 1991 se han encontrado cientos de cadáveres de mujeres acuchilladas o estranguladas, casi siempre violadas y a veces torturadas. Ascienden a varios miles el número de desaparecidas, casi siempre mujeres trabajadoras (camareras, prostitutas, operarias de las fábricas). Lo sorprendente es que después de tanto tiempo, y tantas muertes, el caso sigue sin resolverse satisfactoriamente. Parece razonable pensar que el narcotráfico, los intereses económicos de la ciudad y la corrupción política y en la policía tienen algo que ver en la falta de resultados de la investigación. Eso y que las mujeres son pobres y, por tanto, poco importantes.

Exposición Arxiu Bolaño

La primera parte del libro se llama de los críticos. En ella descubrimos cómo cuatro expertos europeos en literatura alemana descubren a Archimboldi y le califican como uno de los autores más importantes de todos los tiempos en alemán. Les seguimos en congresos, coloquios, seminarios y conferencias, donde los cuatro se conocen y se relacionan, siempre alrededor de su afición por Archimboldi. Esta parte me ha recordado a Rayuela: ahí también tenemos a un autor huidizo, alrededor del cual se forma un mito. Morelli, como Archimboldi, es tema de conversación de los protagonistas, y marca sus vidas sin saberlo, puesto que los autores difícilmente son conscientes de lo que provocan sus propias obras.

2666 fue el último proyecto de Bolaño, de gran envergadura y ambición. Sin querer entrar en muchos detalles, me quedo con su descripción de los asesinatos, tema principal en la cuarta parte del libro: constante, tediosa, que termina por anestesiar los sentidos. También, a lo largo de toda la obra, con la descripción de sus personajes: a todos les pone una frase en los labios, una afición, una costumbre que los caracteriza para que no sean planos. A través de esos pequeños detalles nos imaginamos el resto, llenando la trama de matices magníficos, a veces irónicos, a veces divertidos, a veces tristes. Consciente de la posibilidad real de su muerte, creo que Bolaño nos cuenta mucho de sí mismo en esta obra: su opinión sobre el oficio de escritor en la quinta parte, por ejemplo, y la persecución de la obra maestra que algunos llegan a escribir y otros no.

Buscando críticas de la obra en Internet, vi que hay quien la compara con Moby Dick, por su envergadura y estructura, supongo, y porque habla del mal. Sí, la obra es un camino, cuyo final quizá es 2666, una fecha cuyo significado (o su falta de él) se menciona en Amuleto, otro libro de su autor. Pero creo que estos elogios obedecen más al amor por su autor y a la rabia por su muerte prematura que a la obra misma. Aunque a mí me ha encantado, creo que lo mejor de Bolaño estaba por llegar. Y es ese convencimiento de que algo nos falta el que nos hace calificar este libro de obra maestra, a falta de las siguientes, cuyo vacío lamentablemente nunca podremos llenar.

Ratita de laboratorio