martes, 23 de agosto de 2016

El Corán y su contexto

Cuando empecé a leer la Biblia, decidí que tiempo después leería el Corán, para así conocer los libros más importantes de las tres religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. El reto era díficil: el Corán es más corto que la Biblia, pero el contexto y el contenido me eran totalmente desconocidos. Además sólo es un libro, con un autor, y lo supuse menos rico que la Biblia en matices que con su variedad ayudaran a ir avanzando con el texto. El Corán hay que leerlo en árabe (antiguo), que fue el idioma en el que el ángel Gabriel se lo transmitió a Mahoma. Yo lo he leído en castellano, con el riesgo de perder mucho en la traducción.

Es difícil leer un libro que algunos ponen como excusa para cometer asesinatos. Espero con este post no herir sensibilidades: no conozco de cerca la religión musulmana y, por tanto, quizá mi información sea sesgada. Intentaré situar el Corán en su contexto, contar un poco la vida de su autor, y dar mi opinión sobre un libro que, seamos creyentes o no, ha influido (e influye) en la cultura y en la historia internacional.

El Corán, dividido en 114 azoras (capítulos) con un número variable de aleyas (versículos, desde 5 a 200), fue „dictado“ por Mahoma. Mahoma nació en La Meca en el año 570, y falleció en Medina en el 632. La Meca en su época era confluencia de caminos y vivía del comercio. Hasta allí llegaban comerciantes de todas las nacionalidades y religiones, y por eso La Meca era el vivo reflejo de lo que tanto se critica en el Corán (y en la Biblia, en el Antiguo Testamento): la mezcla de ritos y la adoración a distintos dioses, y la convivencia a veces „contaminada“ del judaísmo o cristianismo con otras religiones politeístas. En La Meca está la Kaaba: en la época de Mahoma allí se rendía culto a todos los dioses posibles, de manera que cada viajero tenía allí a quien rezar. Pero en el Corán se reivindica la Kaaba como lugar sagrado desde los tiempos de Abraham y, por tanto, se defiende a los musulmanes como los únicos con derecho a rezar allí.

Mahoma escuchó las palabras del Corán a través de revelaciones del ángel Gabriel. Hay discrepancias sobre si Mahoma era analfabeto o no pero parece que los versos, dictados por él, fueron recogidos literalmente y se conservan hasta hoy en el árabe original. Por eso el Corán se lee en árabe, porque cualquier intento de traducción implica (y más del árabe a cualquier otra lengua) una cierta interpretación que puede no ser adecuada. En las revelaciones el ángel le dice a Mahoma que Alá es el único Dios, y que sólo a él hay que rendir culto. Cuando plantea en su ciudad (y en su familia, clan comerciante de cierto renombre) que él es el nuevo profeta, y que el cristianismo es una evolución del judaísmo y su predicación a su vez una evolución del cristianismo, encuentra el rechazo como respuesta. Algunos le creen (como su primera mujer) y, junto a algunos fieles, decide marcharse a Medina al ver que su vida en La Meca corre peligro.
Muhammand Asad (wikipedia)

Mahoma y sus seguidores se marchan hacia Medina donde, tras la muerte de su mujer, Mahoma vuelve a casarse con varias mujeres. Allí continúa su predicación y consigue que el número de seguidores crezca cada día más. Tienen varios enfrentamientos con el ejército de la ciudad de La Meca, en los que salen mal parados. Pero en una de las batallas consiguen ganar logrando una tregua tras acordar que en la Kaaba convivan el culto a Alá y a otros dioses, al parecer cláusula aceptada por el ángel Gabriel en los llamados „versos satánicos“. Pero dos años después Mahoma reconoce a Satán en las palabras del ángel, y termina con esta convivencia pacífica dejando la Kaaba para uso exclusivo de los musulmanes. A partir de ese momento y a través de acuerdos tribales, el Islam se extiende a toda Arabia Saudí y de ahí a muchos otros países.

El Corán es el principal libro sagrado del Islam junto a la Sunna, que recoge dichos de Mahoma. El Corán, a pesar de tener un solo autor, tiene muchas contradicciones que dificultan su lectura. En la Biblia son habituales y comprensibles: fue un libro escrito a lo largo de muchos siglos, con distintos autores, donde algunos de los libros recogen tradiciones distintas dando como resultado mezclas que difícilmente mantienen la coherencia. Pero el Corán fue dictado por Mahoma, así que las contradicciones llaman la atención. Dicen los expertos que la revelación fue evolucionando, volviéndose más radical con el tiempo, cuando Mahoma iba ganando adeptos, y que las contradicciones se crean al comparar azoras escritos en La Meca al principio de la revelación, en Medina, y otra vez de nuevo en La Meca.

Kaaba en época de peregrinación (huffington post)
Al leer el Corán no he podido evitar acordarme de Los versos satánicos, de Rushdie, quien satiriza la vida de Mahoma y explica las contradicciones del Corán mediante un escriba que escribe lo que quiere para poner a prueba la atención de Mahoma. También plantea que es curioso que el ángel Gabriel apruebe las decisiones sucesivas que va tomando Mahoma con respecto a su vida conyugal, como si eso tuviera tanta importancia como sentar las bases de una nueva religión.

Otra dificultad del Corán que marca su lectura es que es muy, muy repetitivo. El Corán se recita y, por tanto, en original tiene cierta musicalidad que quita importancia a las repeticiones. Pero es imposible leerlo como una novela: son las palabras literales que el ángel Gabriel dice, hasta están en segunda persona, porque se dirigen no al lector sino a Mahoma. Por ejemplo, en la versión que leí la frase más repetida es: Dios es tu sustentador, dispensador de gracia. Y así durante más de 3000 aleyas.

Como con la Biblia, tenía la esperanza de que el Corán me dijera algo. En el Corán he encontrado un texto que exige una fe ciega en Alá, Dios único, un texto a veces infantil cuando habla de la lluvia que cae porque Dios quiere, y que presenta los sucesos naturales como pruebas de su existencia. Y repetitivo hasta el aburrimiento. También quería leer por mí misma si es verdad que Alá defiende los asesinatos a sangre fría que se cometen sin descanso. Al leer sobre el contexto del nacimiento del Islam, se entienden las palabras de guerra del Corán: Mahoma anima a enfrentarse con los que atacan su religión, y con los que impiden ejercer su culto, ya que la presencia de los primeros musulmanes en La Meca estaba prohibida y sus rezos en la Kaaba también. Pero el Corán también anima a respetar las religiones anteriores al Islam puesto que, aunque no son verdaderas, rinden culto al mismo Dios. La parte del paraíso y el infierno y la existencia de La Otra Vida invitan a la resignación en ésta: „no desesperéis: si sois buenos, tras la muerte os llegará la recompensa“.  Como hacen otras religiones.

El Corán anima a defender la fe, pero sólo justifica la violencia si es en defensa propia. Aunque en algunos versos Dios dice que perdona al que hace la guerra y promete el paraíso al luchador, hay muchos más versos donde se defiende al creyente pacífico que no hace mal al prójimo. El Corán, como otros libros religiosos, defiende el conformismo, y la necesidad de normas de convivencia que en ocasiones limitan la libertad. Incluso determina quién debe ser el sucesor de Mahoma, motivo por el cual surgieron dos ramas diferentes en el Islam: la chií y la suní. El Corán, como cualquier libro religioso, hay que entenderlo en su contexto, y está sujeto a varias interpretaciones: sólo esto explica que haya quien dice que Alá llama a la guerra también en la actualidad, mientras que la mayoría musulmana rechaza la violencia. He echado de menos más notas explicativas en la versión que he leído, así que os recomiendo que, si no sabéis mucho sobre el Islam, os decidáis por una edición con aclaraciones que os ayude a interpretar el texto.

A pesar de que algunos azoras así lo digan, yo veo anacrónico creer que la lucha armada está justificada en él: si Dios existe (el que sea), nunca vería con buenos ojos que los hombres se mataran unos a otros en su nombre.

Ratita de laboratorio



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