Sobre héroes y tumbas
lleva muchos años cerca de mí, pidiéndome ser leído, siendo importante en mi vida antes incluso de saber de qué iba, no dudando de su calidad sin conocer la trama, pero por
muchas circunstancias nunca llegaba el momento. Por fin lo cogí en
mis manos y volví al mundo de Sabato que ya conocí con El túnel, y
me ha encantado. Duro, velado, sin contar mucho y contando todo,
inquietando y preguntándonos. Os invito a leerlo, aunque nunca lo
entendamos del todo.
Ernesto Sabato,
argentino, publicó Sobre héroes y tumbas en 1961. Sabato era físico
y trabajó como investigador en París tras su doctorado. Abandonó
este trabajo por la literatura, a la que se dedicó, sobre todo, mediante
artículos y ensayos. Sólo publicó tres novelas:
El túnel, Abbadón el exterminador y Sobre héroes y tumbas. Esta
última habla de la historia de una familia paralela a la de
Argentina, a la que conocemos con los ojos de Martín, enamorado de
Alejandra, un chico desgraciado que ama desde la resignación de
saber que nunca conocerá del todo a su chica.
La primera página de
Sobre héroes y tumbas nos cuenta el final de la familia Olmos:
Alejandra muere suicidándose tras matar a su padre con una pistola y
prender fuego a su casa. Hay un escrito, „Informe sobre ciegos“,
que aporta claridad al caso, encontrado en la casa de un tal Fernando
Vidal. En el primer capítulo conocemos a Martín, que deambula por
las calles, solitario, triste, traumatizado por una madre que nunca
le quiso. Conoce a Alejandra, que le busca, aunque después le
pierde, hasta que poco después le vuelve a encontrar.
Alejandra pertenece a una familia
importante implicada en la vida política y militar del país, pero dentro de
una rama condenada a la decadencia. A través de su familia, de los relatos del
abuelo Pancho y de la misma Alejandra, conocemos varios hechos históricos de
un país marcado por las guerras: primero contra los españoles para
conseguir la independencia, luego con los ingleses y luego entre ellos
en forma de guerras civiles; también sobre el comienzo de la Década infame, y sobre el final del
peronismo. Pero casi siempre desde el punto de vista de la familia,
de los hombres, de lo que personajes particulares piensan en
determinados hechos históricos. De cuando uno se pregunta por qué
lucha en una guerra, sabiendo que es tarde para abandonar.
Ernesto Sabato (wikipedia) |
Además de sobre la historia de Argentina, Sabato nos habla
del amor, pero de un amor triste y desgraciado, y no (o no sólo) por no ser correspondido. Cuando uno lee sobre un amor adolescente, espera que la
historia le dé tregua. Desde el principio del libro sabemos que la historia termina mal, pero
esperamos que entre Martín y Alejandra haya meses de alegrías,
amor, deseo, felicidad. Pero en este caso no es así: Martín y
Alejandra nunca fueron felices, los momentos buenos se reducen a
escenas aisladas, a segundos de amor, a los que siguen periodos de
silencios y de esperas y muchas preguntas sin responder, en su
mayoría nunca formuladas. Martín sabe que Alejandra esconde algo,
pero nunca sabe qué. Y Sabato tampoco nos lo aclara del todo, aunque
poco a poco nos va revelando detalles que nos hacen adivinar el por
qué de su actitud, huidiza y llena de dolor.
Sobre héroes y tumbas
mezcla en sus capítulos distintos puntos de vista, y a través de
personajes distanciados en el tiempo profundiza en la búsqueda del
sentido de la vida, en la soledad y en lo que tiene la búsqueda del amor para su
cura, de dolor, mucho dolor, y de la existencia del mal. En su
Informe sobre ciegos, claramente surrealista, adivinamos una metáfora
difícil de interpretar. Quizá sólo sea locura, pero lo cierto es
que con Sabato bajamos al subsuelo de Buenos Aires que puede ser la
humanidad en su conjunto, el alma, nosotros mismos. O quizá nada de eso.
Por último destacaría
la influencia de Proust en la obra, al que el autor menciona en
varias ocasiones, a través de los sueños, los despertares y los
cambios en el tiempo.
Sobre héroes y tumbas es
recomendable si os gustan los libros que no cuentan todo, donde la
labor del lector es a veces adivinar. Me ha encantado que deje flecos
abiertos, que a través de varios relatos
adivinemos una realidad objetiva que, como tal, nunca existe, y que a
través del Informe nos hable de una obsesión que metafóricamente
puede tener sentido. Sabato habla de horror, tristeza, dolor, del mal
inherente al ser humano, pero sin olvidar que puede haber esperanza, siempre en paralelo con el sufrimiento. Pero como todo lo adivinamos, siempre nos
deja la opción de no buscar más allá de lo que nos cuenta, y creer
que los locos son locos, y que los ciegos, ciegos son.
Ratita de laboratorio
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