miércoles, 9 de agosto de 2017

Todo está iluminado, de Jonathan Safran Foer

Todo está iluminado fue el primer libro de Jonathan Safran Foer, un joven autor estadounidense del que ya he hablado para bien y que se estrenó con un enorme éxito de ventas. Tan fuerte, tan cerca me gustó tanto que leer éste era obligado... y quizás por las expectativas no lo he disfrutado tantísimo como esperaba. Pero sí es un libro, y sobre todo un autor, al que merece la pena acercarse.




Seguramente Safran Foer deslumbró a críticos y lectores con este libro por la ternura de muchas de sus páginas y por la estructura, que combina cambios de narrador, de tiempo, de género... El propio autor aparece en la obra como uno de los personajes principales: es un joven judío estadounidense que viaja a Ucrania para saber más sobre su familia, en concreto sobre su abuelo, que emigró a Estados Unidos huyendo del nazismo y que murió sin revelarle todo su pasado. El Safran Foer-personaje centra su búsqueda en Augustine, una misteriosa mujer que sospecha que ayudó a su abuelo a escapar. Y quiere acercarse a Trachimbrod, el shtetl (el nombre en yiddish de los pueblos judíos de centroeuropa) del que son originarios sus antepasados.

El joven Safran Foer se ayudará de Álex, un joven ucraniano, y de su abuelo para llegar a su destino: ambos tienen una agencia de guías para los muchos judíos que llegan al país en busca de sus raíces. Y el libro se irá construyendo a base de retazos: de las cartas que se intercambian después del viaje Álex y Safran; de los capítulos que Safran va escribiendo reconstruyendo la historia del shtetl desde el siglo XVII hasta el nazismo...

La mezcla de tiempos y personajes resulta atractiva y relativamente novedosa. Está claro lo que quiere decirnos el autor con esta forma de contar: pasado y presente dialogan entre sí, aunque no seamos conscientes de ello. Y el pasado, incluso el más remoto, acaba teniendo repercusiones en el hoy, en lo que somos. Safran Foer reivindica la memoria, incluidos los pequeños detalles, más aún conociendo cuál fue el destino del pueblo durante la ocupación nazi. Y lo hace recreando historias y personajes con aire de leyenda que dan nombre a los ritos del lugar y un sentimiento de pertenencia a sus habitantes.

Como en todas sus obras, el amor y la familia son dos de los pilares del libro. Está tan bien contado como siempre; con escenas emocionantes, conmovedoras. También hay humor: algunas escenas hacen reír a carcajadas; en otras lo intenta, pero no lo logra. Y en la historia coral de Trachimbrod hay personajes que llegan al lector y otros con los que no consigue que empaticemos tanto.

En resumen: es un libro lleno de sentimientos, perfecto para acercarse a Safran Foer, a su visión del mundo y a su forma de contar. Pero no es tan redondo como algunos defienden. Probad, y contadnos.

Ratita presumida

2 comentarios:

  1. Todo esta iluminado por lo que yo sé, és el primer libro de Foer.

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  2. Una lectura precindible donde las haya

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