León el Africano
lo he leído por casualidad: tras la compra de algunos libros de
segunda mano de alto precio, tenía un descuento que gastar, y la
obra más famosa de un escritor de éxito como Maalouf no parecía
mala inversión. Esta biografía novelada nos cuenta la historia en
primera persona de León, apodado el Africano, diplomático y viajero
granadino que nació durante el ocaso de Al-Andalus en la Península.
Esa época me interesa mucho, estudiar la historia de Europa y del
mundo en esos años, si se lee fuera de un libro de texto, es
apasionante. Así que lo compré y aquí os presento el post. Me ha
entretenido mucho aunque, como suele pasar con las novelas
históricas, hay aspectos de la trama difíciles de creer.
León el Africano es la primera obra que Maalouf publicó, en 1986. Maalouf, libanés y francés, ejerció el periodismo de guerra en su juventud. Al empezar la guerra civil en 1975 en su país de origen se exilió a Francia, donde reside en la actualidad. La representación en su biografía de dos culturas, dos idiomas y dos religiones, ha hecho que la temática de su obra sea principalmente la convivencia de dos mundos distintos en el Mediterráneo, Occidente y Oriente, el cristianismo y el Islam. La época del fin de la (Re)conquista de Al-Andalus es perfecta para hablarnos de ello, explicándonos la biografía de un personaje a veces clave (y olvidado de la historia), como lo fue León el Africano.
Una de las primeras
frases de este libro es la siguiente:
Maalouf (wikipedia) |
„Soy hijo del camino,
caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía“.
Y a esta frase siempre
hay que volver según nos adentramos en la vida de Hasan (León),
quien viajó por primera vez a Fez como niño por obligación tras la
conquista de Granada. Hasan es buen estudiante, y muy despierto.
Además, pertenece a una familia desde siempre muy bien relacionada
con los políticos más importantes del Islam, a pesar de que su
padre tiene por segunda mujer a una cristiana. Por eso desde pequeño
no le son ajenos los problemas diplomáticos, ni la convivencia entre
dos religiones (tres si incluimos la judía, también presente en el
libro), cuyo antagonismo en su caso es difícil de explicar.
Las novelas históricas
suelen escoger a un protagonista que, casualidades de la vida, vive
en primera persona todos los acontecimientos importantes de la época
a pesar de no influir mucho en ellos, y esto a veces resulta poco
creíble. En el caso de esta biografía novelada, la realidad es que
su protagonista existió, y pasó gran parte de su vida viajando y
escribiendo crónicas de lo que veía. La primera parte se desarrolla
en Granada, y es la que menos me ha gustado, pues sus padres
(reservados y distantes) no dudan en contarle con todo lujo de
detalles cómo fue la pérdida personal que sufrieron al marcharse de
Granada ni cuál fue la actitud de Boabdil (al que trataron
personalmente) ante el acoso de las tropas cristianas. No sé, la
descripción de sus caracteres no termina de encajar con la
sinceridad con la que hablan a su hijo.
León el Africano (wikipedia) |
Al convertirse León en
protagonista de su historia, el libro gana en realismo. Su gran
cultura y su actitud cosmopolita (sabía muchos idiomas y adoraba
viajar) le permitió, seguramente, ejercer influencia en la política
de la época, pero nunca se sabrá hasta qué punto, puesto que hay
pocos datos sobre su vida. Lo que más me ha gustado de su historia
es que nos cuenta el otro lado: nosotros, que estudiamos cómo los
cristianos recuperaron Granada, y cómo intentaban también agrandar
su influencia conquistando ciudades de El Magreb, vemos gracias a
este libro cómo la recuperación de Granada por parte de los
musulmanes y judíos se convirtió en un objetivo que terminó siendo
un sueño. Este anhelo les impediría ser felices en sus ciudades de
acogida, y muchos años después de su pérdida, seguían formando
barrios y comunidades llamadas de los andaluces.
Os recomiendo leer León
el Africano si os gusta la época del siglo XVI. En León
tendréis un personaje inquieto y viajero, interesado en la cultura y
que no temía correr riesgos si con ello iba a conocer otros mundos.
A ratos a mí me ha caído mal: se deja llevar demasiado por el
destino (o el Altísimo, como él dice) y olvida algunos de sus
deberes con respecto a su familia, pero he leído entre líneas que a
León no le gustaban mucho las ataduras. Quizá por eso se relacionó
tan bien con tantos políticos distintos y enemigos entre sí, y esa
libertad entendida como tibieza sea la razón de la falta de
documentos sobre su vida, olvidando su aportación al conocimiento mutuo entre culturas.
No sé hasta qué punto
Maalouf inventó su vida, pero lo hizo bastante bien.
Ratita de laboratorio
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