miércoles, 19 de octubre de 2016

Patria, de Fernando Aramburu

Pocas veces me lanzo con prisa a comprar una novedad. Me ocurrió con Patria: llovían las buenas críticas incluso antes de publicarse y llevaba tiempo con ganas de leer algo del autor. Me terminó de convencer el tema: los últimos años en el País Vasco, contados por alguien que lo conoce bien, y desde dentro, es decir, desde lo que no se dice. Nunca he terminado de entender qué ocurrió allí en esos años más allá de lo evidente: qué hizo, qué hace, que tanta gente justifique la violencia o guarde silencio. Aramburu no da respuestas cerradas sino que pone los acontecimientos de las últimas décadas en su contexto: hace al lector entrar en un territorio vedado, el de las cenas en la intimidad del salón, el del dormitorio justo antes de dormir, el del despacho cuando todos los compañeros se han ido. Y el resultado es doloroso porque es extremadamente real. Sus personajes casi se pueden tocar.

Patria cuenta la historia de dos familias vascas a las que el terrorismo va separando lentamente. Las dos madres de la familia, las que llevan el peso de la novela -aunque todos y cada uno de los personajes están construidos con el mismo cuidado- pasan de la amistad a un distanciamiento cada vez más hondo. Una de ellas, Bittori, es esposa de un empresario amenazado que finalmente muere asesinado por ETA a las puertas de su casa. La otra, Miren, es madre de un terrorista. Aunque el crimen las separa definitivamente, la situación viene de lejos y ese es uno de los primeros aciertos de Aramburu. No sólo nos cuenta qué pasó tras el momento clave del asesinato del Txato sino todos los años previos. Y lo hace a través de infinidad de momentos y detalles que dan al relato una extraordinaria verosimilitud. Las amenazas de las que tanto se oye hablar en la prensa son explicadas con ejemplos muy claros. Estar en la diana no es sólo aparecer en una pintada: significa tener que dejar tus aficiones, que tus amigos dejen de mirarte a los ojos de un día para otro, sospechar de los empleados de tu empresa, sentirte un extraño en tu propio pueblo.

Aramburu construye su novela como una especie de mosaico, a través de decenas de capítulos muy breves en los que el punto de vista se reparte entre los nueve personajes: las dos mujeres, sus maridos, y los hijos de las dos familias. El acontecimiento central es la muerte del Txato y en torno a él el autor va elaborando el relato, con constantes saltos en el tiempo y de un protagonista a otro. El resultado es que el lector consigue tener una perspectiva amplísima y acaba conociendo, con bastante profundidad, qué significó para cada protagonista lo que pasó y de qué forma determinó su vida.


Fernando Aramburu | @FernandoArambur


Como siempre ocurre cuando un libro realmente vale la pena, el resultado va aún más allá: los personajes están construidos con tanto cuidado, con tanto detalle a través de momentos concretos, que es posible identificarse con ellos más allá del marco de la obra, es decir, el terrorismo y sus consecuencias. De uno a otro, el lector puede va reconociéndose en cada uno de ellos, en las rutinas que Aramburu recrea de forma tremendamente vívida, en sus miserias, en sus pequeñas o grandes cobardías, en el amor de madre o de amante que a veces toma formas extrañas. El novelista les da vida como pocos escritores son capaces de hacer. Y se adivina un trabajo cuidadoso, arduo, aunque la lectura fluya sin dificultad. En parte eso ocurre porque Aramburu respeta la forma en que hablaría cada personaje, con su oralidad y sus expresiones, al contarnos lo que piensan.

La única objeción que se le podría poner al libro es también una virtud: es tan real que duele. El tema es, de algún modo, también parte de nosotros aunque nos haya tocado de forma mucho más lejana. Y el sufrimiento de sus personajes, por el pasado, por el poso de tristeza que éste sigue dejando en el presente, por las desgracias que quedan por venir, por la soledad... cala también en el lector. Es el precio por acercarse tanto a algo. Terminamos entendiendo, y sufriendo, con ellos.

Ratita presumida

2 comentarios:

  1. Hola Mer:
    Yo no sabía de la publicación de este libro hasta hace un par de semanas o tres que leí una entrevista del autor a raíz de la publicación de este libro. Cuando llegue a casa lo apunte en la lista de próximas lecturas. Ahora después de leer tu reseña lo voy a leer seguro.
    He vivido de cerca todo el conflicto vasco ya que mi pueblo es frontera con Navarra y hemos estado infinidad de veces en pueblos y ciudades de Navarra y País Vasco y conocemos a gente de todo tipo de ideologías. Además la hermana de mi padre vive en Bilbao hace muchos años y mis primos han nacido allí. Uno de ellos estuvo metido en ambientes radicales y me ha contado cosas que son difíciles de creer, pero que por desgracia son ciertas.
    Por eso quiero leerme este libro y porque en la entrevista, Fernando Aramburu contaba cosas muy interesantes sobre su libro. No sé cuando lo voy a empezar, pero cuando lo acabe me pasare por el blog y os cuento.
    Un abrazo

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    1. Hola, Jorge! Estoy segura casi al cien por cien de que te va a gustar y más si te interesa el tema y te es cercano por tema personal. Ese es también el caso del autor, así que creo que su forma de enfocarlo no va a chocarle a nadie que conozca bien el contexto. Creo sinceramente que es un gran libro, ojalá no te defraude. Ya nos contarás!

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