La nación inventada fue un préstamo inesperado. Visitando a un buen amigo al que debería pronto volver a ver, hablamos de los mitos que cuestiona y en los que se basa la nación de España, como por ejemplo el Cid Campeador o la tumba del Apóstol Santiago. Me dijo que me lo llevara, que si me gustaba la época de la Edad Media en España seguro que me gustaba. Casi me obligó a cogerlo. Y me alegro de haberlo hecho, porque he aprendido un montón.
Arsenio e Ignacio Escolar publicaron La nación inventada en 2010, que ha sido reeditado para ampliarlo. Son padre e hijo. Ambos son periodistas y dirigen periódicos muy conocidos: Ignacio eldiario.es y Arsenio 20minutos. A los dos les gusta la historia y como explican en el prólogo del libro, les apetecía escribir un libro divulgativo y divertido para poner algunos puntos sobre las íes en la historia de nuestro país. Lo escribieron a medias: se repartieron los capítulos y los fueron compartiendo.
La nación inventada está dividida en capítulos donde se tocan distintos temas. La segunda edición, que es la que yo leí, tiene dos prólogos: el original de 2010 y otro de 2020. Hablan en ellos de los mitos fundacionales, importantes para definir una nación, y a menudo (y no sólo en España) exagerados o inventados.
En el libro se habla de la mal llamada Reconquista. Del Cid, del apóstol Santiago, de la importancia del Camino y los monasterios en la redacción de la historia. De las dinastías de Reyes de los distintos reinos (nada fácil porque muchos reyes se llaman igual) y de las relaciones entre ellos. De las batallas, las guerras, los cambios de bando. La convivencia (o no) entre judíos, musulmanes y cristianos.
Algunos de los mitos que cuestionan creo que hace mucho que dejaron de serlo: que el Cid es un personaje literario y que su vida no es como la del Cantar está bastante claro. Pero más allá de los mitos, es interesante aprender cómo se van construyendo, y lo importantes que pueden ser años después para justificar una nación. No sé si hacen falta mitos para definir España, probablemente no. Pero en otras épocas o para algunas personas sí pudieron serlo, y es interesante aprender sobre ellos y cuestionarlos.
A pesar de ser un libro divulgativo, a ratos puede hacerse denso. Pero si os gusta la historia, os puede enganchar.
Ratita de laboratorio
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