martes, 29 de octubre de 2019

Historias del Kronen, de José Ángel Mañas

Vi la película de Historias del Kronen hace mucho, y hay escenas que nunca olvidé. En 2019 se cumplen los 25 años de la publicación de la novela, y me enteré de que fue finalista del Premio Nadal. La película no me gustó mucho, pero y el libro? Quizá merezca una oportunidad. Nunca había leído nada de Mañas, y me ha gustado: creo que la novela ha envejecido muy bien.


Historias del Kronen fue la primera novela de Mañas, publicada en 1994, y fue llevada al cine. Mañas también escribió el guión, que fue premiado con un Goya. Historias del Kronen forma parte de una tetralogía.

Carlos es un universitario egoísta, de clase acomodada, que vive sin preocupaciones y con nula empatía por los demás. Ha aprobado todas, por lo que en verano sólo tiene como obligaciones salir y pasarlo bien, a costa del dinero de sus padres. Sus amigos son parecidos: de mayor o menor poder adquisitivo, a todos les gusta salir, beber y drogarse, y volver a casa ya por la mañana. Su relación con las mujeres es de interés, sólo busca sexo, y conocer sus límites. Nunca se sincera con nadie.
Mañas - el país

Kronen es un bar, donde el grupo de amigos suele quedar para ir de fiesta. Tarde tras tarde se llaman por la red de teléfono fija para ver cuál es el plan: un concierto, una discoteca, ir a pillar. Las relaciones entre los amigos no son muy íntimas, se cuentan pocas cosas: salen juntos y a ver quién se emborracha más.

Cartel de la película
Historias del Kronen habla de una juventud que tapa sus carencias afectivas con las fiestas, que esconde su sinceridad y sus problemas detrás del alcohol y las ganas de pasarlo bien. Parecen jóvenes superficiales, pero el problema es que no se cuentan sus cosas, y confunden el grupo, y las relaciones interesadas con la verdadera amistad. Ya puede ser en los años 90, en los 2000, la generación X o la millenial, todos podemos poner cara a Carlos (salvando las distancias) y sus amigos, cuando el grupo nos hace perder nuestra personalidad, cuando salir es la solución a todo, cuando quedarse en casa y hablar en familia nunca puede ser un buen plan. Ciertos patrones siempre se repiten, a pesar de que hace 25 años no había móviles y se pedían películas prestadas en el videoclub.

No sé si es que esperaba menos, o que me enfrenté a la lectura con prejuicios. Pero la verdad es que me ha gustado: me ha sorprendido para bien y desde aquí lo recomiendo.



Ratita de laboratorio

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