domingo, 26 de mayo de 2013

Momentos estelares de la humanidad, de Stefan Zweig

Me apetecía mucho leer un libro de Stefan Zweig, autor que me gusta bastante, en alemán, así que cuando tuve la oportunidad robé de una biblioteca ajena un ejemplar de „Momentos estelares de la humanidad“ en el idioma teutón. Con Stefan Zweig repetimos de nuevo autor en el blog, y no por estar hablando de una saga: esta vez comentamos su mejor obra (o, al menos, la más vendida y conocida) y en alemán. Su lectura fue un reto cumplido con éxito. 


Stefan Zweig escribió sus Momentos estelares a lo largo de media vida, siendo el primer Momento que redactó el relato sobre La batalla de Waterloo. La primera edición que se publicó contenía 5 relatos, que en el año 1943 (y de forma póstuma) se amplió hasta las 12 historias. Se dejaron dos fuera que Zweig redactó en inglés poco antes de su muerte y que en las ediciones posteriores se suman a las anteriores hasta completar los 14 Momentos con los que se publican los ejemplares actuales.

Zweig selecciona para sus relatos 14 momentos (o circunstancias) en los que describe a personajes que, por un instante, son protagonistas de la Historia y toman decisiones, crean obras de arte o descubren esquinas aún vírgenes en el mundo que cambian o influyen en toda la Humanidad. Zweig empieza por el Océano Pacífico, cuyo descubridor (y conquistador) Núñez de Balboa se embarcó en Sevilla rumbo a América huyendo de la Justicia. Después el autor describe, entre otros, la batalla de Bizancio, la composición de la Marsellesa, la muerte de Tólstoi y el fracaso de Wilson al intentar sellar la paz eterna en Europa tras la Primera Guerra Mundial.

Me ha gustado mucho del libro que Zweig da importancia a Momentos muy diferentes entre sí: habla de arte y de técnica, y de descubrimientos, y que sus protagonistas no siempre lo hacen bien, ya que muchos de los Momentos son, en realidad, la historia de fracasos, como la expedición al Polo Sur del capitán Scott (en la foto). También me ha gustado que es fácil deducir detrás de muchos
Momentos los motivos que han llevado a Zweig a escribirlos. Por ejemplo (y sin contrastar), estoy bastante segura de que el Momento sobre Balboa lo escribió tras atravesar el Canal de Panamá, obra de ingeniería que le impresionó muchísimo como prueba de la supremacía del hombre sobre la Naturaleza.

Lo que no me ha terminado de llegar es el orden que se ha elegido para publicar los Momentos en la edición que he leído. Están casi todos ordenados por orden cronológico de sucesión en el tiempo que, supongo, es como se publicaron cuando Zweig murió, añadiendo al final los dos Momentos que escribió al final de su vida, sobre Cicerón (en la era romana) y Wilson, después de la Primera Guerra Mundial. Creo que se mezclan dos criterios que no deberían confundirse: o se ordenan todas por orden en la Historia sin atender al momento en que fueron escritas, o se respeta el orden en que Zweig las escribió. A mí esta última opción me parece mucho más interesante, ya que los temas que le interesan a Zweig van variando a lo largo de su vida, y se puede observar cómo los personajes por los que se interesa son cada vez más idealistas según se acerca el momento de su muerte, y los relatos más intimistas. Termina sus Momentos con Wilson y su fracaso al intentar imponer la paz en Europa tras la Primera Guerra Mundial, algo que hubiera evitado la muerte prematura de Zweig (recordemos que se suicidó en Brasil, junto a su mujer, convencido de que Hitler ganaría la Segunda Guerra Mundial).

Recomiendo, sin duda, los Momentos para aprender sobre Historia. Sobre todo porque están un poco novelados, así que después de cada uno de ellos uno tiene la curiosidad de documentarse un poco y aprender algo más sobre los personajes protagonistas. También lo recomiendo porque se echa de menos en el mundo actual alguien con esa capacidad de sorpresa y análisis de la Historia, esa humildad para reconocer los éxitos ajenos y humanidad para describirlos tan bien, alguien capaz de emocionarse (tanto, que puede parecer exagerado) al hablar de descubrimientos o inventos que para nosotros son el pan de cada día.

También lo recomiendo en alemán para alumnos avanzados, pero no bilingües. En contra de lo que yo sospechaba, Zweig se deja leer bastante bien, y salvo algunas palabras y estructuras un tanto complejas, se entiende bastante si ya estáis familiarizados con la literatura en alemán.

Ratita de laboratorio

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