
Philip Roth, que fue profesor de
escritura creativa, publicó El mal de Portnoy en 1969, en
original Portnoy's complaint. Con esta obra se hizo conocido,
y fue éxito de público y crítica. En este libro menciona los que
serán algunos de sus temas más recurrentes: la decadencia de la sociedad, la
conducta sexual y la vida de los judíos en Estados Unidos. Es
también muy conocida su obra Pastoral americana, y La
conjura contra América. Actualmente Philip Roth está retirado.
Lo más original de El mal de
Portnoy es su estilo, en forma de monólogo dirigido a su
psicoanalista. Para que no lo olvidemos tras páginas y páginas en
las que el protagonista habla de sí mismo, de vez en cuando leemos
frases dirigidas al interlocutor como: „no sé si me entiende,
doctor“, que nos hacen imaginar a Portnoy tumbado en un diván
pensando en su infancia y en las posibles causas de su obsesión con
el sexo y su incapacidad para el compromiso.
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Philip Roth (wikipedia) |
El mal de Portnoy, aunque en
concreto habla de una familia judía, en general habla del eterno (e
internacional) conflicto generacional: los hijos no comparten el
punto de vista de sus padres o no se adaptan a lo que se espera de
ellos. Por ser judíos además los padres de Portnoy luchan por
transmitir a sus hijos una cultura que quieren preservar contra la
que ellos se rebelan, un problema fruto de la inmigración y la posterior
integración en sociedades diferentes a la de origen.
A mí me gusta mucho leer de vez en
cuando libros con protagonistas como Portnoy:
personajes que han perdido el rumbo y no se encuentran a sí mismos.
Libros que no temen hablar de temas incómodos aunque suenen soeces o
brutales, y cuyo humor roza la falta de él. Por eso creo que Roth es un autor interesante al que en algún momento
deberíamos leer. Pero eso sí: hace falta estómago y un sentido del
humor especial: las críticas a la familia judía a algunos les pareció ofensiva, y algunas escenas de sexo son francamente desagradables.
Yo volveré a Roth en un futuro, quizá con Elegía.
Yo volveré a Roth en un futuro, quizá con Elegía.
Ratita de laboratorio
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