
Antonio Orejudo es un autor joven, de Madrid, y
Doctor en Filología Hispánica. Trabaja en la Universidad de
Almería y hace críticas literarias. Como escritor es poco conocido, aunque con sus obras ya ha ganado algunos premios. Los libros
de Orejudo tocan diferentes temas, pero todos tienen en común que son amenos y entretenidos, y que tienen un ritmo rápido. Orejudo escribe para que sus lectores se rían, lloren, se indignen y duden. Y cuando critica, Orejudo no deja títere con cabeza.
Ventajas de viajar en tren
es una obra metaliteraria. El argumento arranca en un vagón con una conversación entre una mujer y un
hombre, que le pregunta si puede contarle su vida. Ella, que acaba de
ingresar a su marido en un psiquiátrico, acepta la proposición, y
nos introducimos con ella en un relato de vértigo del doctor
Sanagustín. Relato que contiene otro relato, que a su vez es el
relato de otro más, hasta que perdemos un poco la perspectiva y
dejamos de saber qué estamos leyendo. El doctor nos presenta a
enfermos mentales, y nos habla de los distintos diagnósticos que
pueden recibir, y nos cuenta lo que dicen. Al principio, el lector
intenta trazar la frontera entre la realidad y la ficción, pero en
un momento dado se abandona y sigue leyendo, porque saber dónde
acaba lo real y dónde empieza lo inventado no es tan fácil.
Partiendo de que, desde el principio, sólo estamos imaginando que una
mujer viaja en un tren.

Por eso me gusta Antonio Orejudo:
porque juega con esa verdad y esa mentira, porque borra la frontera
entre ambas hasta que no la reconocemos, al parecer, inspirado en
El Quijote de Cervantes. Me gusta porque no sabemos lo que él
inventa o lo que cuenta porque lo ha podido documentar, si sus personajes son mentirosos patológicos o si sólo son unos conspiranoicos incomprendidos. A la vez que
mete el dedo en la llaga inventando historias sobre nuestra sociedad
que, lamentablemente, podrían ser verdad. Orejudo remueve las conciencias cuando habla de ciertos temas como el espionaje de Estado, la Universidad o el Ejército, haciendo que sus lectores duden y se pregunten si aquello en lo que siempre han creído, es verdad.
Así que os invito sin duda a descubrir
a este autor, con cualquiera de sus libros. Al jugar con la verdad
y la mentira, con lo real y lo irreal, Orejudo juega hasta el final,
pero se nota lo que él piensa: puede que uno no sepa qué es
verdad y qué es mentira, pero hay cosas que están bien y otras que
están mal. Y no dudar dónde está la diferencia entre unas y otras es lo que nos convierte en buenas
personas.
Ratita de laboratorio
Ojalá le quede mucho por escribir!!!
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