Buscando libros en alemán de la época de los años veinte y treinta del siglo pasado, me encontraba con Gilgi, una de nosotras una y otra vez. No sé dónde leí que era un libro algo superficial, lo que despertó mis reticencias a leerlo. Pero fue todo un éxito en su época, y Minúscula lo había publicado en español. Así que pensé que debía formarme una opinión propia sobre la obra y me lancé a comprarlo cuando me lo ofreció mi librero de confianza alemán. Qué maravilla.
Gilgi, una de nosotras fue publicado en 1931. Fue la primera novela de su autora, Keun, cuyos libros fueron prohibidos durante el nazismo. Se exilió a Bélgica y Países Bajos, pero también vivió en Alemania durante la guerra. A pesar del éxito de sus primeras novelas en la Alemania de los años treinta y del apoyo de otros autores como Döblin y Böll, después de la guerra sus obras no eran muy reconocidas.
Gilgi, una de nosotras habla de una mujer joven, trabajadora, con sueños y esperanzas, que vive en Colonia. Sale con amigas, con las que va a bares o a bailar. No se entiende con sus padres y alquila una pequeña habitación para tener su espacio para estudiar idiomas y formarse, y ahorra todo lo que puede para poder viajar en un futuro. Pero un día le presentan a Martin y se enamora.
Asusta entender la actualidad de Gilgi. En una época donde las mujeres tienen más opciones que entonces, las preguntas para algunas pueden las mismas: el deseo de independencia frente a la pareja, el trabajo frente a la maternidad. Y la táctica de hacerse un poco la tonta cuando conviene: porque a muchos hombres se los ve venir.
La verdad es que me ha encantado: Gilgi, una de nosotras es muy recomendable. A veces parece que estamos inventando la rueda: en los años treinta muchas mujeres describían ya el valor de la independencia y las renuncias que implica.
Ratita de laboratorio

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