Pareciera que Frisch describe al típico ingeniero alemán.
Frisch publicó Homo Faber en 1957 que significa, en latín, "el hombre que hace o fabrica". Frisch era ingeniero y arquitecto, como el protagonista de Homo Faber, y su relación con la tecnología la describe desde el conocimiento, y eso se nota. Pero Walter Faber cree de verdad que todo en la vida se puede controlar a través de la ciencia, y esa fe ciega en la tecnología le impide aceptar los acontecimientos inesperados que pueden pasar en la vida.
No quiero hablar mucho del libro, porque recuerdo que mezcla muchos tiempos distintos y quiero mantenerme fiel al espíritu del blog y no desvelar más de lo debido. Pero creo que la historia empieza a la mitad, con un viaje de avión, desde donde viajamos al pasado y al presente de Faber.
Recomendable para los seguidores de la literatura en alemán, de después de la Segunda Guerra Mundial, con esa moral siempre presente y ese rechazo a la idea de que lo correcto es relativo.Y esa tristeza, esa resignación, esa sensación de que sus protagonistas siempre llevan el mundo sobre sus hombros.
Quizá no sea recomendable si estáis en un momento bajo. O prefiráis la película, que tiene muy buenas críticas.
Ratita de laboratorio
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