miércoles, 13 de marzo de 2019

Serotonina, de Michel Houellebecq

En este blog somos de las que esperamos las novedades de Houellebecq, para leer una y otra vez sobre el hombre, la sociedad y su declive. En Serotonina esperaba lo que he leído: un protagonista cuarentón, deprimido, solitario, que ha perdido la ilusión por todo en una sociedad materialista e individualista que critica (directa o indirectamente). Puede ser desde una sociedad que vota a un partido musulmán, desde el arte y la francia rural, desde una secta: desde Tailandia. El ambiente cambia, el aspecto a criticar también, pero el protagonista siempre es el mismo. Con Serotonina se le ha acusado de repetirse: y sí, lo hace. Pero en mi caso terminó recuperando su esencia, la que hace que me guste. Qué le voy a hacer: creo que seguiré siendo fiel.


Houellebecq publicó Serotonina el pasado enero, en 2019.

Serotonina le recetan al protagonista de la novela cuando va al médico aquejado de padecer lo que parece ser una depresión. Con las nuevas pastillas desaparece el deseo sexual, y desde lo que ya identifica como su muerte en sentido figurado, repasa su vida sentimental.

Houellebecq (el país)
Los libros de Houellebecq son tristes siempre: Serotonina no lo es más. Algunas escenas donde se le acusa de cruzar líneas rojas (pederastia, zoofilia: yo aviso) y la crítica a la política agraria europea: pero de fondo, la misma idea. Una vida pintada como un fracaso, por la incapacidad de amar, o de intentarlo, en una sociedad sin sentido a la que, a veces, le da por protestar. Algunos le ven visionario por predecir las manifestaciones de los chalecos amarillos, pero yo no estoy de acuerdo: las protestas no son un tema nuevo en su obra.

Es verdad que se repite, y que tiene ciertos esquemas o escenas sin los cuales no sería quien es, y a los que recurre también en Serotonina. Me he llegado a preguntar si es que quizá será lo que le pidan las editoriales. Es por tanto recomendable para fans, pero no aporta nada nuevo. Si buscáis su típico enfoque de la sociedad, en Serotonina lo encontraréis, pero si queréis otra vuelta de tuerca, con esta novela no la llega a dar. A mí personalmente me parece más romántico que otros, o quizá tenía el día sensible. Nivel Houellebecq, está claro, pero con más sentimiento que otras de sus obras. Aunque la desesperanza siga primando.

Ratita de laboratorio

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