Finalista del último Premio Planeta (premio del que suelo desconfiar), Alegría es un libro que llega con su autor en un punto cumbre de su carrera como escritor: Manuel Vilas logró un fulgurante éxito con Ordesa, un libro que confieso no haber leído (un problema, quizás, al abordar esta reseña) pero que sí hemos comentado por aquí. Sin duda, la lectura de Alegría habría cambiado un poco si conociera bien su libro anterior: de algún modo es una continuación, una segunda parte. Sigue siendo autobiográfico, sigue hablando de ausencias, de sus padres, de su situación actual, pero lo hace desde un punto de vista distinto, desde la nueva perspectiva que le da, precisamente, haber escrito la otra novela. No hay tanta desolación como, según me han contado, en Ordesa, pero la sigue habiendo. Porque se asoma a la alegría desde el dolor, tomando como eje principal de toda la obra el famoso poema de José Hierro: "Llegué por el dolor a la alegría/ supe por el dolor que el alma existe..."