Maus, de Art Spiegelman

Cualquiera que se interese por el cómic y / o la literatura sobre el Holocausto, en algún momento tropieza con Maus. Esta obra, en un principio publicada parcialmente por entregas, ganó el premio Pulitzer y tiene una gran fama justificada. Totalmente recomendable.

Spiegelman empezó a publicar Maus por entregas en 1980, que se recopilaron en un libro publicado en 1986. En 1991 publicó la segunda parte, y posteriormente se editaron las dos obras juntas. Spiegelman ganó el premio Pulitzer con este cómic, en el que cuenta la historia de su padre, Vladek, un superviviente judío polaco de Auschwitz.

Maus no aporta mucho al relato sobre el Holocausto: la historia se ha contado muchas veces en innumerables libros y películas y, lamentablemente, lo que vive Vladek, el padre de Spiegelman, no es nada que no hayamos oído antes. Pero el autor habla también de la relación con su padre, de cómo es, de cómo le afectó la falta de su madre, y eso humaniza a las víctimas, porque Vladek no es para nada una persona fácil. Creo que con ello consigue acercarnos a lo que pasó y a los que tuvieron que pasar por ello.

A la vez, al representar a los humanos como animales (los judíos son ratones, los alemanes gatos, los polacos no judíos cerdos, etc.) consigue que veamos diferencias donde no las había, y contarnos un relato muy crudo sin hombres como protagonistas. Sin duda un cómic así ayuda como una de las primeras lecturas sobre el tema, para poder imaginar lo que pasó de una manera menos dura.

Spiegelman se desnudó en este cómic: habla de su padre como era, con sus problemas, su pasado y todas sus rarezas, y confiesa que su relación no fue fácil, que a veces, probablemente, se confundió con él. A lo largo de todo el cómic sentimos la incomunicación, la falta de comprensión mutua: cómo ambos siguen viviendo como pueden tras la muerte de su madre, con la culpa y el silencio.

Totalmente recomendable: hay muchas obras que hablan sobre Alemania y su historia, sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre los judíos y todo lo que sufrieron. Pero pocas son imprescindibles, y Maus sin duda es una de ellas.

Ratita de laboratorio