Un caballero en Moscú, de Amor Towles

Un caballero en Moscú fue un regalo de amigo invisible. He tardado en leer esta novela porque en 2022 en general me ha costado leer y escribir, no estaba muy inspirada. Pero terminarla fue una de las últimas alegrías que me llevé al final del año, y por eso os lo recomiendo, sobre todo si, aparte de una buena novela, os gusta la historia de la URSS y el comunismo.

 

Towles publicó Un caballero en Moscú en 2016. Su primera novela tuvo ya tanto éxito que le permitió retirarse de su trabajo anterior.

Un caballero en Moscú nos cuenta cómo pasa el arresto domiciliario Alexander Ilych Rostov, al que es condenado en 1922. Un argumento que no parece dar para mucho si nos imaginamos su encierro solo en un piso, pero Rostov vive en un hotel al lado del Kremlin en Moscú.

Rostov pertenece a una familia aristocrática, y es educado y todo un caballero. Habla muchos idiomas y es un sibarita: disfruta de la comida y del vino, de la música, del arte y los libros. Y se ve obligado a reducir su mundo al hotel, sus empleados y sus huéspedes.

El tiempo pasa y Rostov se resigna a su mundo, sabiendo que su condena pudo ser mucho peor. Entabla relaciones preciosas, consigue a través de sus conversaciones salir de su pequeño mundo. Se mantiene fiel a sus valores, y comparte su saber con quien lo necesita.

A priori, como he dicho, puede parecer un argumento aburrido, pero no lo es. Rostov es un buen hombre, y Towles consigue que tenga una vida interesante a pesar de las circunstancias. Comprime el todo en su reducido mundo, y describe escenas tan bonitas, que consigue emocionar sin caer en el sentimentalismo. No cuenta todo, no se recrea, y quizá por eso los momentos tristes y los felices consigan arrancarnos alguna lágrima. No es fácil hacer llorar con las palabras justas.

Totalmente recomendable.

Ratita de laboratorio