Harper Lee publicó Matar a un ruiseñor en 1960. Vecina de una pequeña localidad de Alabama, siempre vivió allí y nunca concedió entrevistas. Poco antes de morir publicó su segunda novela, que fue escrita antes que Matar a un ruiseñor: Ve y pon un centinela. Lee murió en 2016.
La protagonista de Matar a un ruiseñor es Scout, una niña a la que le encanta jugar con su hermano y correr descalza. Su padre Atticus, abogado, es sincero con sus hijos y les intenta inculcar sus principios, puestos a prueba cuando decide defender a un acusado de violación en el pueblo.
La novela se desarrolla en el sur de EEUU durante la época de la gran depresión, y se describe el racismo y las diferencias sociales que había. Como está contado desde el punto de vista de una niña, hay conflictos que ella no entiende pero nosotros sí, y la figura de Atticus, verdadero protagonista, es ejemplo de integridad.Si os gusta la literatura americana, este libro es un clásico y totalmente recomendable. Aunque algunas escenas suenan un poco anticuadas, leer sobre el racismo histórico en EEUU siempre ayudará a entender la situación actual. Los juegos de los niños y los sentimientos de Scout, a menudo heridos por ser diferente, son un motivo más para leerlo. La actitud de Atticus hacia sus hijos, que los quiere como son y los educa en la bondad sin intentar cambiarlos, sigue a día de hoy siendo un buen ejemplo.
Si lo preferís, hay película: Gregory Peck como Atticus recibió el Óscar al mejor actor.
Ratita de laboratorio
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