Los ojos azules pelo negro, de Marguerite Duras

Encontré Los ojos azules pelo negro en un estante de libros de segunda mano de una librería. Sabía que un día quise leerlo, y que me dijeron que costaba sentirse identificado, que hablaba de amores platónicos que nunca se convertían en realidad. Pero por curiosidad, y por ser muy finito, decidí leerlo. A ver si a mí me contaba algo distinto.

Duras publicó Los ojos azules pelo negro en 1986. Además de escritora, fue guionista y directora de cine. Su obra más famosa, El amante, recibió el premio Goncourt en 1984.

Los ojos azules pelo negro es una novela corta que a la vez propone cómo podría ser representada en el teatro. Los protagonistas son un hombre y una mujer de los que no conocemos el nombre que duermen juntos cada noche. Él se lo pide a ella, para ayudarle a no sentirse solo, y a superar la no satisfacción de un deseo por otro hombre, con ojos azules y pelo negro, que la mujer conoce.

Es un libro raro: el diálogo de los dos protagonistas se mezcla con la puesta en escena de la posible obra de teatro, y su conversación es difícil de seguir. No hay mucha comunicación: son dos personas que pasan juntas cada noche pero que conectan sólo a través de un tercero, al que sólo vemos en la primera escena del libro.

Duras (wikipedia)

Si ya conocéis a Duras quizá os guste: habla del deseo no satisfecho, de la soledad del hombre, y de la mujer, por tener una relación imposible. Pero se regodea un poco en esa insatisfacción, aceptan el sufrimiento y lo viven intensamente. Y esa manera de vivir los sentimientos no es para todo el mundo. A mí me ha gustado porque creo que describe bien la incomunicación que se da a veces entre las personas, y lo triste que es no poder ignorar esos deseos o aspiraciones que no siempre pueden cumplirse. Pero yo a veces también me regodeo en sentimientos tristes, y entendí desde joven lo mal que se puede pasar con los amores platónicos. Y lo que puede ayudar en la soledad dormir con alguien.

Si no conocéis a Duras intentadlo con El amante: yo he pensado en releerlo, ya que cayó en mis manos hace demasiado tiempo y quizá me cuente otra cosa años después. O con El dolor. Ya os contaré.

Ratita de laboratorio